05-Mayo-2018
"Lo importante no es solo llegar a un destino , sino disfrutar del
camino"
Ponemos rumbo a la VII kdd de la morcilla de Burgos, como va a ser un viaje
de transición solo para llegar a Covarrubias y compartir el día con los amigos,
no voy preparada para hacer fotos, pues he pensado que no va tener nada de
especial el camino, pero cuanto me iba a equivocar!.
Decidimos no ir por autopista aunque tuviéramos que madrugar un poco más, pero disfrutar un poco de la ruta.
A medio camino me decido a escribir la crónica y maquina en ristre a
hacer fotos, porque gracias a la guía Michelín y al gps de Juantxu, que nos
mete por caminos insospechados, nada más pasar Pancorbo nos adentramos en plena
naturaleza y ahora en primavera esta el campo precioso y lleno de animales.
En un campo de hierba alta sobresalía la cornamenta de un ciervo, que
nos miraba con atención, las perdices corrían delante de la moto por la
carretera, antes de alzar el vuelo, a lo lejos había unos corzos comiendo y
todo ello entre verdes de todas las tonalidades que rodeaban la carretera.
En plena Rioja los pueblos bien cuidados, con casas preciosas y numerosos
monumentos nos hacen la ruta maravillosa.
Aunque hace sol, hace frío y después de pasar Belorado , nos tomamos un
café y un pincho de tortilla recién hecho que nos hizo revivir más todavía.
Nos quedaban, por dividirlo en etapas, dos todavía, la del embalse del
Arlanzon y los últimos km. después de cruzar la nacional que va de Burgos a
Soria.
Enfilamos dirección al embalse, cuando un cartel de obras nos avisa que
a unos veinticinco km. la carretera esta cortada.
Sin conocer la carretera por la que teníamos que seguir pensamos que ya
habría después un desvío alternativo y seguimos adelante.
Comenzamos a bordear el embalse por una carretera preciosa, a un lado el agua, al otro el monte. Había pescadores disfrutando del día
en todas las curvas.
Pasamos por Pineda de la Sierra, pueblo superbién cuidado, con un montón
de casas rurales, y no es de extrañar que haya turismo porque el entorno es
admirable.
Llegamos a las vallas que impedían el paso , pero estaban medio
quitadas, no sabíamos que hacer, si seguir o no, y mientras lo pensábamos llego
un ciclista y nos dijo que a 4 km. estaba un puente roto y era por eso el corte,
que nosotros con la moto si podríamos cruzar, porque el pasaba con la bici muchos
días.
Así las cosas decidimos seguir adelante, había todo-terrenos de
pescadores aparcados en las orillas lo que nos dio más confianza.
De repente un montículo de piedras y grava de lado a lado de la
carretera impedía el paso. Me bajé de la moto para inspeccionar porque me pareció que había motos en el otro extremo y así
era. A ambos lados del puente había grava y arena para impedir el paso, porque había un socavón que se había hundido de las nieves o riadas. Al otro
lado había cuatro motos que acababan de pasar por donde teníamos que hacerlo
nosotros.
El primer montículo pasado sin problema. El rebaje del segundo, estaba en el lateral del puente que daba al río, y por allí nuestra moto no
cabía, tuvimos que quitarle las maletas, la moto casi pegaba abajo, las otras
que habían pasado eran GS y son mas altas, pero con la supervisión de los otros
tres moteros, Juantxu logro pasar.
!Que gran verdad que donde haya
otro motero nunca estarás solo.!
Colocamos las maletas y otra aventura que contar.
!Que mala vida lleva esta pobre moto!.. Y a nosotros lo que nos hace
disfrutar.!
El resto de ruta, por el puerto del Manquillo, también preciosa y además
había empezado a calentar el sol, con lo que día perfecto ya y solo eran las
10,30 h de la mañana.
Llegamos a
Covarrubias y aparcamos la moto en la plaza, ya que gracias a las gestiones de
Nando y Bego, nos habían habilitado allí sitio para aparcar.
Saludos, abrazos y besos con todos los compañeros y después de un
refrigerio nos encaminamos a la torre de Fernán González para su visita.
El guía, que nos hizo la visita super amena con sus explicaciones, nos
contó la historia de la torre, así como la historia de las diversas armas
antiguas que allí tienen replica, como catapultas, luab, ruedas de fuego... y otros objetos para la
guerra de épocas medievales.
El torreón construido con fines defensivos, parece ser que fue poco
usado, gracias a Dios, porque según nuestro guía tenia diversos fallos debido a
que lo construyeron mozárabes que solo se debían dedicar a construir edificios
religiosos. La puerta era muy grande, debía de estar mal orientada, y un montón
más de defectos que él, experto en guerras y armas podía apreciar, pero que a
mí, bastante difícil me parece construir algo así en aquella época, como para
sacarle defectos.
Aproveche para dar un paseo por el pueblo y ver los restos de las
murallas medievales que rodean el paseo al lado del río, la estatua a la
princesa Kristina de Noruega, que vino a España en el siglo XIII para casarse
con el hermano del rey Alfonso X el Sabio, y cuyos restos reposan en la
Colegiata.
Comida estupenda en El Galin, disfrutando de la compañía de todos los
amigos deauvilleros.
Después de comer otro paseo alrededor del pueblo. Es un pueblo para disfrutar de sus calles y casas a fondo.
Habíamos aparcado las motos delante del Palacio de Fernán González, hoy
el ayuntamiento, al lado de una calle con las casas tradicionales tan bonitas. Fuimos andando hasta la Iglesia de Santo Tomas y al lado la casa del antiguo
boticario, que tiene un premio a la mejor fachada.
De allí bajamos hasta la casa del Obispo Peña, y al río. Daba gusto pasear.
Unos cuantos decidimos ir haciendo una pequeña ruta hacia Santo Domingo
de Silos y un poco más allá disfrutar del desfiladero de La Yecla con un buen paseo por sus pasarelas.
Estaba espectacular, con los buitres y otras aves rapaces volando sobre
nuestras cabezas, el agua pasando por el fondo de la garganta, que se nos hizo
corto el paseo y deshicimos lo andando en lugar de volver por la carretera.
De allí a Burgos capital para prepararnos para la cena, antes de eso un
paseo por el casco antiguo de Burgos para admirar su catedral y tomar un par de
vinos.
Al día siguiente la vuelta a Bilbao decidimos alargarla un poco , ya que no teníamos que llegar hasta el mediodia.
Decidimos pasar por Puentedey
y ver su puente natural y la iglesia mas pequeña de España.
Luego hasta Espinosa de los Monteros, y de allí a Bilbao.
Por ese último tramo del camino nos encontramos con Rubentxu y Mariantxe
y el final de la ruta la hicimos con ellos.
Reseñar que aunque íbamos bien de tiempo casi llegamos tarde a la
comida, porque nos pillo una vuelta ciclista y nos tuvo parados un montón de
tiempo.
En la bandada de motos que nos juntamos en los primeros puestos de la
inmensa cola, nos encontramos también con los amigos de mi hijo, también
moteros, la vida es un pañuelo!.
Era el día de la madre, y los jóvenes por sus madres y los mayores por
sus hijos todos suspirando pues no llegábamos a comer.
Cuando nos dejaron pasar parecía la parrilla de salida del Gp, una
veintena de motos zumbando por la carretera.
Y entre zumbido y zumbido llegamos a casa para salir a comer con la
familia.
Dar las gracias a Nando y Bego por preparar la kdd, a todos los
asistentes por hacerla tan amena.
A todos los moteros del mundo por estar siempre ahí.
Y a mi motero favorito por pasearme por sitios siempre nuevos aunque
estén al lado de casa.
Sigo diciendo y repetiré hasta cansarme que ME ENCANTA VIAJAR EN MOTO.
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