viernes, 6 de mayo de 2022

Monfragüe y El Jerte con los Deauvilleros

"Los que hablan de Extremadura como si no fuese más que pelado paramo, desnudo de arboles, abrasado por el sol, no ha visto estas tierras. Porque en su seno se esconden valles que superan en verdor, en frescor y en hermosura a los más celebrados del litoral cantábrico."  Miguel de Unamuno

Habíamos quedado con nuestros queridos amigos deauvilleros en Plasencia para hacer una ruta por parte de las bonitas tierras cacereñas.

Plasencia es una importante población de Cáceres. Fue fundada por Alfonso VIII en el año 1186. Era un lugar estratégico entre el reino de León y los musulmanes y lugar de paso para mucho comerciante.

Su conjunto histórico artístico esta declarado Bien de Interés Cultural desde 1958.

Al llegar te encuentras con la muralla que protege a esta ciudad desde su fundación. Con 7 puertas la mayor parte de ellas bien conservadas, tenia también 71 torres de vigilancia de las cuales todavía 21 siguen en pie.

Desde la Plaza Mayor tenemos muy fácil acceso a los tres barrios más importantes del casco histórico: la judería, el barrio de los clérigos y el barrio de los caballeros.

En esta Plaza se encuentra la casa consistorial del s. XVI y de estilo gótico renacentista. En lo alto tocando la campana el abuelo Mayorga, uno de los símbolos de la ciudad. 

Con el buen tiempo la plaza se llena de terrazas y de un montón de gente como era el caso de hoy, que además de bueno, había un certamen de cortometrajes y la exposición de las Edades del Hombre.

En una de las esquinas de la plaza, la que conduce a la catedral, se encuentra uno de los edificios más fotografiados de Plasencia, es una tienda gourmet, a mitad del s. XX el arquitecto que revoluciono Plasencia construyo esta bonita fachada de cuento.

En un corto paseo llegamos a la catedral. Bueno a las catedrales porque son dos. La vieja y la nueva. Una pegada a la otra.


La catedral vieja es del s. XV de estilo románico y aunque muy bella junto a la nueva con sus dos impresionantes fachadas platerescas se ve poca cosa.

Justo enfrente de la catedral se encuentra uno de los edificios que a mi más me gusto de Plasencia, la casa del Dean. Es un edificio del s. XVII  de la familia Paniagua. Lo habitaron los dos deanes que hubo en dicha familia. Lo que más destaca es un bonito balcón en ángulo con columnas corintias y la enorme profusión de escudos heráldicos en su lateral.

Seguimos nuestro paseo y nos encontramos con el Convento de San Vicente Ferrer hoy convertido en Parador Nacional.

Allí mismo una bonita plaza con una fuente en medio y al fondo la Iglesia de San Nicolás, de estilo románico, es una de las primeras iglesias de Plasencia, y aunque no es muy grande es muy bonita por dentro.



En un lateral de la Plaza se encuentra el Palacio de los Conde de Mirabel del s. XV. Su visita parece ser muy recomendable pero apenas teníamos tiempo.


Sigues andando y en el barrio de los caballeros se encuentran las mejores casas palacios.

La judería no visitamos, solo la vimos de pasada, pero volveremos a Plasencia.


Notas que en esta pequeña ciudad te rodea la historia.

Salimos de ruta hacia el mirador del Valle del Jerte.

Esta en El Torno. Allí inaugurado en el año 2009 el llamado Mirador de la Memoria recuerda a los olvidados de la Guerra Civil y la dictadura.




Desde allí las vistas al valle de los cerezos son maravillosas.


Por entre miles de cerezos ascendemos hasta la Cascada del Caozo. Esta cascada cae más de 30m. sobre la pared de granito por la que se precipita con un rugido impresionante.

Un entorno maravilloso  para una parada refrescante.

Y de allí a Piornal, el pueblo más alto de Extremadura a 1175 m. de altitud.

El nombre le viene dado por los abundantes matorrales de piorno serrano que abunda en esta altitudes. Un bonito pueblo donde los productos típicos, los cerezos y la miel se venden por todas sus esquinas. En la Plaza una bella fuente en honor a San Roque la preside. 

Y al frente el Jarramplas, un personaje típico al que se le colocan muchas tiras de colores y una mascara con cuernos y pasea por las calles donde los vecinos le tiran nabos. 

Esta fachada es el comienzo de una ruta por varias fachadas pintadas dentro de un proyecto que comenzó en 2012.

Un bonito mirador hacia el Jerte se asoma a las balconadas de cerezos desde las alturas. Allí mismo unas reconstrucciones de los zahurdones, casas de pastores de origen celta o vetón construido sobre una plataforma circular hecho en piedra y techumbre de retamas y escobas.

Descendemos hasta el camping de Monfragüe para comer todos juntos.

Un rato de risas, de charla animada para ponernos al día de tantas y tantas cosas acaecidas en este largo tiempo que no hemos podido estar. El poder compartir mesa, alegrías y alguna que otra tristeza, ahora ya sin restricciones, sin mascarillas. 

Después de comer una ruta por el parque de Monfragüe.


Un parque natural de gran interés ornitológico, donde buitres negros, águilas imperiales, buitres leonados y muchas otras pequeñas especies se dejan ver a los numerosos aficionados que acampan por doquier para observarlos. 

El Tajo y el Tiétar discurren entre las laderas y nosotros desde lo alto los contemplamos entre cortados. Ellos serpentean en el fondo del valle y nosotros serpenteamos por las carreteras en los altos.

Los alcornoques, encinas, madroños y jaras nos acompañan en nuestro recorrido.

Hay infinidad de miradores para observar a las aves. En alguno vimos ciervos tumbados a la orilla del agua, mimetizados con el color de la arena. En otro vimos a los buitres sobrevolando nuestras cabezas.

En el Salto del Gitano, uno de los miradores más conocidos y más bonitos es donde los pudimos observar más cerca.


Este mirador lo forman los acantilados sobre el rio Tajo y debe su nombre a una leyenda que cuenta como un gitano atracaba y robaba a los que por allí circulaban, cuando la guardia civil un día casi lo pilla dio un salto y atravesó el acantilado hasta el otro lado, el guardia civil que lo perseguía se quedo de piedra y allí se puede ver una roca con la forma de un guardia incluso con su tricornio.

Lo cierto es que la vista del rio encajado debajo de la mole de piedra de más de 300m. de alto es de una belleza visual indescriptible y que no te puedes perder.

Cenamos todos juntos disfrutando de otros buenos ratos de diversión y luego las despedidas hasta la próxima.

Al día siguiente aprovechando la vuelta fuimos a conocer la ciudad romana de Cáparra que esta en las cercanías de Plasencia. En sus primeros momentos fueron unas mansiones en la vía de Mérida-Astorga (hoy Vía de la Plata) y en tiempos de emperador Vespasiano se convirtió en municipio romano de pleno derecho.


Fue en ese tiempo cuando se reorganizo urbanísticamente y se hicieron grandes obras como las termas, el foro o el arco tetrapilo.


Dicho arco se ha convertido en el símbolo de Cáparra y no es extraño porque es único en España y además se conserva muy bien.

Se puede ver el decumanus máximo, que es su calle principal, con casi cinco metros de calzada y dotada de un sistema de recogida de aguas.

La visita a Cáparra es gratuita y además nos hicieron una visita guiada muy documentada y amena parte de las personas que estaban en la entrada. Lo cierto es que si cobrasen una pequeña entrada tendrían más dinero para seguir excavando, porque hay mucho por descubrir, y en estos momentos estaba todo parado en espera de alguna subvención.

Ya eran casi el mediodía y la temperatura iba en aumento, así que decidimos ascender unos metros de altitud para poder bajar unos grados. Y no hay por los alrededores nada mas alto que el Puerto de Honduras.

Este puerto une los valles del Ambroz y del Jerte. Asciende hasta los 1440m de altitud para ofrecer unas espectaculares vistas de ambos valles.


La subida por una carretera denominada paisajística ya nos hizo bajar un poco la temperatura rodando entre castaños y robles.

La carretera es estrecha pero apenas tiene trafico y quitando unos 3km de asfalto un poco bacheado, el resto esta muy bien. Es una carretera para disfrutar.

Ya en el descenso nos encontramos con una reunión de coches Renault 8, que con sus vivos colores daban una nota de color y de originalidad al paisaje.


Las vistas hacia el valle del Jerte las vistas de los innumerables cerezos son infinitas. Se ve al fondo la sierra de Gredos levantándose como una barrera protectora ante el frio castellano. Eso y la enorme cantidad de agua que se puede apreciar en multitud de cascadas precipitándose desde las alturas y en la abundancia del rio Jerte en el fondo del Valle dotan a estos campos de un micro clima que hace muy favorable la vida de los cerezos.

Después de descender hasta el fondo del valle, por la N-110 subimos hasta los 1275m. del puerto de Tornavacas. Un buen asfalto nos acompaña y disfrutando de las paellas y curvas de herradura de este bello puerto ascendemos hasta tierras castellanas para dirigirnos poco a poco pero sin pausa hasta nuestra casa de León.

Agradecer a Lourdes y Domingo el haber organizado esta kdd, donde hemos podido disfrutar otra vez de esos abrazos y besos que tanto hemos echado de menos.

A Jexus y Mirian por compartir sus bonitas fotos.

Gracias a todos los compañeros deauvilleros por los estupendos ratos pasados.

Y muchas gracias a mi motero favorito que hace posible todo esto.

Y SIGO DICIENDO ME ENCANTA VIAJAR EN MOTO.














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