jueves, 19 de enero de 2023

A GRECIA POR LA COSTA ADRIATICA. Mototour I

"La sabiduría comienza en el asombro" Aristóteles


Como en alguna ocasión anterior hemos aprovechado nuestro viaje al Mototour de la Naciones para "estirar" un poco las vacaciones y conocer los lugares que nos pillan de paso. 

El Moto-tour este año era en Kavala, situado en Grecia en la región de Macedonia Central y como el año pasado nos sorprendió gratamente Albania, decidimos organizar nuestro viaje para atravesar por allí y conocerla un poco más a fondo. Además pesaríamos por parte de Croacia y el sorprendente Montenegro.

Como hay mucho que contar lo dividiré en dos crónicas, ésta del viaje hasta Grecia y en la siguiente Grecia y la vuelta

Las primeras etapas no iban a ser muchos km pero si muchas horas, eso acompañado de todas las visitas que íbamos a hacer nos llevaría bastante tiempo.

Con nuestros dos compañeros: Antonio y Jesús nos reunimos en Barcelona para coger el ferry en dirección a Chivitaveccia. No nos gusta mucho el ferry pero hay que reconocer que te ahorra un montón de kms y por tanto de cansancio si por esa zona no quieres parar.

Llegamos a Chivitaveccia ya de noche y entre que nos desplazamos a nuestros hoteles y nos acomodamos, a pesar de ser sábado, ya en ningún restaurante nos daban de cenar. Así que  a por la socorrida pizza, menos mal que cuando estas en Italia es exquisita. Nos prepararon un mix de varios sabores que nos supo a gloria.

A la mañana siguiente salimos de ruta, sin prisa pero sin pausa, nuestro objetivo llegar a Bari para coger otro ferry que nos llevaría hasta Dubrovnik.

Comenzamos la ruta paralelos al bello mar Mediterráneo para adentrarnos luego en la cordillera de los Apeninos que cruza Italia de Norte a Sur y por carreteras sinuosas y rodeados de vegetación que atenuaba un poco el calor que hacía, cruzamos el Parque Natural de Lazio y luego el del Matese para salir a la costa del Adriático en la bonita Trani.


Paseamos agradablemente por el puerto un lugar muy concurrido y que esta plagado de restaurantes y locales donde tomar algo disfrutando de unas formidables vistas.

Después de refrescarnos y estirar un poco las piernas, nos dirigimos directamente al puerto de Bari donde cogimos el ferry.

Tras una buena travesía nocturna disfrutando de un merecido descanso, a primera hora de la mañana, atracamos en Dubrovnik. Ya desde la cubierta del ferry se veía bonito, pero el paseo que nos dimos por sus calles nos descubrió un lugar maravilloso. Era el primero de muchos lugares increíbles que nos dejaría disfrutar este estupendo viaje.

Dubrovnik es conocida como la Perla del Adriático y ahora no nos extraña tal apelativo. Maravillosa ciudad amurallada del s. XVI, todos sus emblemáticos edificios se conservan en un estupendo estado y el color de las playas que la rodean la hacen una joya para la vista.

Tras aparcar las motos justo al lado de una de las puertas de entrada a la ciudad antigua, nos dirigimos hacia el centro por sus estrechas y empinadas callejuelas.

Escenario de numerosas escenas de Juego de Tronos, al pasear te da la impresión de vivir aquella época.

Llegamos a la calle Staden, plagada de bares, tiendas y epicentro de la ciudad vieja. Allí en una de sus acogedoras terrazas desayunamos, disfrutando del ambiente tranquilo que todavía había a esas horas.

Nos encontrábamos al lado de la Plaza de la Loza con numerosos edificios del s.XV .

 La Torre de la Campana.

El Palacio de Sponza y la Iglesia de San Blas.

El edificio más imponente es la catedral, aunque la original de estilo barroco se destruyó en un terremoto. Ahora está en rehabilitación, pero desde el pórtico del teatro se apreciaba su cúpula azul, a la vez que admirábamos los bonitos capiteles de las columnas del teatro.

Se puede pasear por las murallas en todo su recorrido previo pago. Nosotros con la ropa de la moto y con el calor que ya nos acompañaba no nos animamos. En cambio dimos un bonito paseo por las callejuelas que corrían paralelas a la muralla por el lado del mar.

Curiosos bares y restaurantes colgaban literalmente de los escarpados acantilados ofreciendo desde allí  unas vistas increíbles a ese mar de color turquesa.

A pesar del calor  y el gentío disfrutamos enormemente del paseo. Rincones asombrosos, estupendas fuentes, magnificas fachadas, todo nos parecía fascinante.

Antes de irnos debíamos visitar el famoso mirador del Monte Srd. desde el que todos comentaban sus vistas infinitas. Por un camino bacheado y con no poco trafico llegamos arriba.

Y vaya que si tiene vistas increíbles. Se disfrutaba todo Dubrovnik y todo el esplendor de la bahía en un hermoso día soleado.

Pero este es solo el comienzo de nuestro viaje por lo que debemos continuar el camino. Paralelos al mar disfrutando de bellos paisajes nos presentamos rápidamente en Montenegro.

Montenegro es un país pequeño, pendiente de ingresar en la Comunidad Europea pero donde el euro es la moneda más habitual. Es un país muy montañoso, sus 249 km de costa continental esta separada del interior por enormes montañas de piedra caliza donde las alturas predominantes están entre los 1000 y 2000 m., solo el interior es llano.

Para llegar a Kotor, el siguiente punto de parada rodeamos la bahía, con unas vistas extraordinarias del que se considera el fiordo más austral del continente.

Pasamos al lado de Perast, la Venecia montenegrina por la cantidad de Iglesias y edificios de arquitectura veneciana que tiene, no en vano esta pequeña localidad y Kotor formaron parte de la Republica de Venecia durante bastante tiempo y de ahí todas sus construcciones. Enfrente de Perast la isla de Gospa od Skrpjela donde apenas cabe la iglesia de cúpula azul se distingue desde la costa.

Si Dubrovnik era la Perla del Adriático, Kotor es considerada la Perla de los Balcanes.

Y es que las coincidencias son numerosas: esta rodeada de una inmensa muralla que serpentea más de un km colina arriba, tiene innumerables edificios medievales bien conservados y esta rodeada por el increíble azul del Adriático.

El casco Antiguo es peatonal, así que al lado de la Puerta del Mar del año 1555 aparcamos la moto y llegamos a la Plaza de Armas con su maravillosa Torre del Reloj de 1602 y que solo se ha parado una vez desde entonces a consecuencia de un terrible terremoto.

Comimos en esta animada y céntrica plaza, con innumerables terrazas y bastante gente, y además de estar todo muy rico a muy buen precio. Es una zona que aunque turística todavía es muy económica.

Después de la comida un estupendo paseo por callejuelas medievales.

Contemplamos palacios barrocos, iglesias ortodoxas que conviven con las católicas, el pequeño pero bonito bazar.

Llegamos a la puerta de la catedral de San Trifón del año 1166 y estilo gotico.

En la Iglesia de San Nicolás ondea en su fachada una enorme bandera de la iglesia ortodoxa serbia. Aquí las religiones conviven pacíficamente. 

Y  justo delante en la misma plaza la curiosa iglesia de San Lucas, construida en el s. XII como iglesia catolica y en el s. XVII paso a ser ortodoxa, asi que tenia dos altares uno para cada religion.

En el paseo pudimos ver muchos gatos, tan numerosos y famosos en Kotor que incluso tienen un museo.

Y sobre todo disfrutamos del ambiente.

Pero no podíamos dormirnos, nos quedaba un largo recorrido, así que salimos de Kotor en dirección al monte Lovien y  la llamada Serpentina. 

Una bella carretera de montaña, sombreada, estrecha y en constante zigzagueo, osea una delicia para la moto.

Íbamos viendo como el mar entraba en la bahía y entre los arboles podíamos intuir el fabuloso paisaje.

Al llegar arriba al mirador las vistas de las Bocas de Kotor son impresionantes. La Boca o Bahía es una enorme entrada de agua, algunos lo llaman fiordo, otros cañon pero lo cierto es que admirando sus aguas color zafiro, da igual lo que sea o como se llame, es una obra maestra que nos ofrece la naturaleza. 

La caída del sol nos sorprende saliendo de Montenegro, por su interior y el reflejo del sol en sus montes parece fuego.

El destino para dormir hoy era Skoeder, ya en Albania, y llegamos allí cuando ya había oscurecido.

El plan era estar tres días visitando Albania, son pocos días para todo lo que tiene que ofrecer este país, pero no había más. Albania es un país con una historia dura pero de la que se esfuerza por alejarse. Un país que se mantuvo cerrado al mundo durante más de cuarenta años pero que ahora se abre al turismo y se moderniza a toda prisa.

Skoeder es la base ideal para explorar los fiordos del lago Koman y la zona de los Alpes Albaneses que era lo que nosotros queríamos hacer al dia siguiente.

Es una de las ciudades más grandes de Albania y debido a su relevancia histórica y estratégica fue su capital hasta 1920.

El régimen de Enver Hoxha destruyo todas las mezquitas, pero las creencias musulmanas perduraron y a la caida del regimen se construyo en 1995 la Mezquita de Ebu Bekr, o Mezquita gris.

Hoy conviven las tres religiones. Así lo demuestran la Catedral católica de San Esteban y la Catedral ortodoxa de la Natividad.

Es llamativa la cantidad de bicicletas que hay, y en las que muchísima gente se desplaza. No en vano el lema de la ciudad es "un habitante, una bici" Es la ciudad de Albania con mayor numero de este medio de transporte y ello es debido a que la primera embajada extranjera que hubo allí fue la holandesa y bien es sabido por todos el amor de los holandeses a las bicicletas, a los albaneses les llamaba enormemente la atención y como les parecía que les daba importancia las adoptaron también. Hoy ya no hay embajada pero el gusto de los habitantes de Skoheder por las bicis sigue siendo evidente.

En la cercana calle Kol Idromeo cenamos en una de sus numerosas terrazas. A pesar de ser entre semana el ambiente era muy bueno.

A la mañana siguiente salimos desde Skoeder hacia el lago Koman. Hay apenas 60km pero el navegador nos marca poco menos de dos horas.Nos parecía muy extraño ya que al principio le quitamos incluso algo de tiempo pero la sorpresa estaba por venir y en los últimos 32km casi tardamos 1 hora.

Albania es un país pequeño pero lento de recorrer. Más de un tercio del país son montañas y aunque se van modernizando muchas carreteras, todavía les queda mucho por arreglar.

El lago es uno de los parajes naturales más bonitos de Albania. Sus aguas entre las montañas, rodeadas de grandes colinas y verticales pendientes forman preciosos desfiladeros.

Estos desfiladeros están cerrados por dos presas que limitan el cauce del rio.

El tono del agua va variando pero destacan los tonos verdes que impresionan por su color.

La carretera, bueno si se puede llamar así es un bache continuo y esquivar agujeros se convierten en un trabajo agotador, sobre todo para mi piloto favorito que además de cargar conmigo y con las maletas tiene la moto más pesada de los tres.

Nos cruzamos con unos cuantos mini autobuses y todoterrenos que llevaban a los turistas hasta el embarcadero, estos iban a toda pastilla mientras a nosotros nos costaba trabajo avanzar.

Pero como todo acaba, de repente en los dos últimos kms. una carretera nueva, perfectamente asfaltada, al lado de una imponente presa, nos lleva casi hasta el embarcadero.

Este tramo de carretera perfecta era como bien suponeis de la empresa hidroeléctrica que explota la presa, aunque se podían estirar y ampliar la obra otros 30km.

Bueno tras todas estas pegas y alguna más, conseguimos por fin concretar la excursión con uno de los numerosos barqueros que allí se ofrecían.

La barca parecía que iba a hacer agua de un momento a otro, pero todo eso se nos olvido cuando nos pusimos a navegar y a adentrarnos en la belleza de estos llamados fiordos albaneses.

Impresionantes montañas, cascadas que caen al lago, bellísimas aguas y naturaleza salvaje.

Alguna pequeña casa en las laderas pero ni rastro de carreteras, hasta allí solo se va en barca y luego se sube el material con burros. En un recóndito rincón han puesto un bar y allí hicimos una parada y pudimos pasear un poco por tan bello lugar.

Todo lo que diga no describe lo bonito que es.

La siguiente parada seria Kruje y aunque no teníamos pensado dormir allí se nos hecho encima la tarde y tuvimos que buscar un hotel.

La carretera hasta esta ciudad va tomando altura poco a poco y ya desde la lejanía se ve el castillo reluciendo en lo alto de la montaña.

Tuvimos una suerte enorme porque encontramos unas buenas habitaciones a un precio muy bueno y con unas vistas inmejorables.

La parte antigua de Kruje es pequeña pero muy bonita.

Para llegar al castillo situado en lo más alto desde el hotel, cruzamos por el Bazar otomano, restaurado en 2015 es un entramado de calles estrechas y empedradas, pulidas por el paso de miles de personas,  plagadas de pequeñas tiendas donde exponen souvenirs junto a productos y artilugios tradicionales: chaquetas de lana autentica y sin tratar, lamparas de metal tipo aladino, alfombras que veías tejer.... imposible abstenerte de entrar a alguna de ellas.

También se encuentra allí la Mezquita cuyo minarete se restauro en 1991 y que se deja oír en todo Kruja cada vez que llaman a la oración. Nosotros desde la terraza éramos espectadores y oyentes de primera fila. El sonido junto con el atardecer y sus colores envolvieron todo de una magia sugerente y especial.

El castillo lleva en pie desde el s. V o VI d. C. Es el símbolo de la resistencia albanesa contra los otomanos. El castillo se puede dividir en tres partes. La superior son los restos de la fortaleza original, con parte de las antiguas murallas, un torreón y algún resto de otras edificaciones.

Mas abajo adosado al castillo y como si de una parte reconstruida se tratase esta el Museo George Kastrioti que enseña toda la historia de la resistencia contra el dominio otomano, le han querido dar un aire medieval pero es del año 1982.

En la zona más exterior pero aún dentro de la muralla hay edificaciones y casas de particulares del periodo otomano, ya que dentro del castillo existía un pequeño pueblo.

Una de esas edificaciones era un restaurante muy bien recomendado y tuvimos la suerte de poder cenar en su terraza, aunque cueste creerlo que no es sino una parte de la antigua muralla.

Con unas increíbles vistas probamos un combinado de productos tipicos albaneses: carnes, verduras, quesos y unas especies de empanadas. Muy abundante, barato y buen servicio.

Otra parada obligatoria en Albania es Berat, la ciudad de los 1000 ojos. 

Es la ciudad más antigua de este país, esta dividida por el rio Osum. Es Patrimonio de la Humanidad por mantener un casco histórico muy bien conservado de estilo otomano.

Magalen es el barrio musulmán, esta situado a los pies del castillo y tiene todas sus infinitas ventanas mirando al rio.

El barrio de Gorica también con infinidad de ventanas es el barrio cristiano aunque a simple vista no se aprecia diferencia, solo en sus iglesias.

Y el tercer barrio es el de Kalaja, el del castillo y que nosotros visitamos más a fondo.

El acceso por unas empinadas, estrechas y empedradas calles tuvo su recompensa, porque el conjunto que forman todas las edificaciones que hay en su interior es muy curioso y bonito.

Aunque el origen de la edificación se remonta al año 200 a. de AC. la mayoría de las edificaciones actuales que se conservan son del s.XIII.

El castillo en si es un recinto amurallado dentro del que había una mezquita y más de 20 iglesias, y muchas casas.

El estado de conservación de las Iglesias no es muy bueno, pero las murallas están casi intactas y se puede pasear sobre ellas.

Hay infinidad de casas particulares, muchas en rehabilitación y otras dedicadas al comercio o la restauración.

A pesar del calor que hacia a esa hora nos dimos un buen paseo.

Continuamos hacia la costa.Vimos las salinas, las playas de la llamada riviera albanesa y así llegamos a Vlore, importante ciudad portuaria y pesquera pero ahora dedicada a la incipiente y valiosa actividad turística.

Allí en uno de sus numerosos restaurantes comimos un surtido de pescados y mariscos muy ricos y bien preparados, acompañados como no con el calor que hacía de una refrescante cerveza albanesa.

Continuamos por la carretera paralela a la costa pasando envidia de la gente que disfrutaba a esas horas de la playa, porque hacía un inmenso calor.

El lugar elegido para dormir era Ksamil pero pasando por el Passo Llogara que nos decían que era muy bonito.

Y vaya que si! 

El Parque Nacional del Llogara esta a 40km de Vlore y desde su precioso mirador podemos ver el Mar Adriático y el Jónico.

Los pinos, los abetos y los fresnos nos acompañaron en la subida hasta arriba. En la parte más alta de la carretera, donde el viento marino se encuentra de frente con los 1027 m de altura de la montaña, un nutrido grupo de gente aprovechaba para hacer deportes aéreos.

Una divertida carretera en zig-zag nos ofrece unas impresionantes vistas a un mar Jónico bañado por el sol. Aquí donde todo es bello, los bunkers de hormigón han sido pintados con llamativas pinturas emulando divertidas caras, los colores llamativos quieren apagar el gris con el que han convivido tantos años.

En muchos sitios han sido aprovechados para hacer pequeños albergues donde dormir, otros para hacer visitas y enseñar el miedo con el que convivieron tantos años de amenazas de invasiones inventadas.

Continuamos por la SH8 preciosa carretera que va pegada al mar dejándonos disfrutar de unas vistas asombrosas.

Y adentrándonos en la pequeña península que forma el Parque Nacional de Butrinto llegamos a Ksamil.

Este bello lugar ha sido bautizado como el Caribe de Albania por sus numerosas playas y sus aguas cristalinas.

Toda la costa esta salpicada de chiringuitos con escaleras que dan acceso a numerosas calas a cada cuál más bonita.

La carretera discurre por un paso que también nos permite ver al otro lado la laguna de Butrinto con numerosas bateas de mejillones. Esta zona esta dedicada especialmente a la cría de este bivalvo.

En el centro de la ciudad a escasos 20 m de la playa, hay varios hoteles y restaurantes donde a precios económicos puedes probar las delicias del mar Jónico y los mejillones de la laguna.

Nos recomendaron uno tipo chiringuito, más bien pescaderia, tambien vendian para llevar, donde las mesas de madera estaban en la calle y donde en un expositor elegías el pescado y el marisco que querías y al lado en la cocina veías como te lo hacían. Nos supo todo a gloria, fresco, bien preparado y super barato.

Llevábamos retraso en la ruta y si queríamos cuadrar todas o casi todas las visitas íbamos a tener que prescindir de visitar ni el castillo de Ali Pasha ni las ruinas de Butrinto a la mañana siguiente.

A 5 km más o menos y dentro del Parque Natural, se hallan las excavaciones de las ruinas desde que en 1928 se redescubrieron. 

Butrinto fue colonia griega, ciudad romana y obispado. Por encontrarse en una zona pantanosa, el mar, la laguna y la naturaleza las rodean, fue abandonada en la Edad Media.

El Parque Natural es Patrimonio de la Humanidad por su riqueza ecológica y cultural. Sus 2500 hectáreas de lagunas son el hábitat perfecto para multitud de especies de flora y fauna en peligro de extinción encuentren allí proteccion.

En la parte de Ksamil pudimos ver el castillo veneciano en forma de triangulo, bueno las torres de vigilancia y lo que queda de él.

Habíamos decidido coger un pequeño ferry para pasar al otro lado y evitarnos un montón de kms para ya cruzar a Grecia, lo que no nos podíamos imaginar como era.

De una orilla a otra hay menos de 70 m y es no un ferry, una barcaza con maderas remachadas y un sistema de poleas. Como sera que antes de poder pagar, ya has llegado a la otra orilla.

Los últimos  restos de los bunkers unos destrozados por la naturaleza y otros tapados por los arboles que nacen sobre ellos, nos despiden de Albania. Nos vamos con una sonrisa, dejando cosas pendientes para tener una excusa y poder volver, un país de gente amable y naturaleza salvaje y donde queda tanto por descubrir. 
Y cruzamos a Grecia por una frontera sin tráfico alguno, con muchos km y muchas visitas por delante antes de llegar al Mototour.
En la proxima cronica contare nuestras rutas y vivencias en Grecia, un bello e interesante país.


ME ENCANTA VIAJAR Y SI ES EN MOTO MÁS.





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