"VIAJAMOS PARA CAMBIAR NO DE LUGAR SINO DE IDEAS"
En este viaje así había sido, llevabamos ideas preconcebidas de países que luego nos han mostrado su verdadera cara. Ha sido un viaje muy revelador y muy positivo.
Habíamos planificado el viaje a Rumania cogiendo ferris para
ahorrar unos cuantos kilómetros y a la vez descansar un poco durante
los días de trayecto.
Salimos pronto de casa y hasta llegar a Barcelona teníamos muchas
horas por delante, hacia un día estupendo y recorrimos tierras oscenses pasando
por el bello pantano de Yesa.
Nos desviamos un poco de la ruta planeada cuando vimos señalizado el castillo de Loarre, nunca habíamos parado a visitarlo, hoy que hacia un buen día y no dependíamos más que de nosotros mismos y del ferry a última hora de la tarde, era el momento.
El castillo es un precioso monumento bastante bien conservado pero el excesivo calor que hacía nos hizo acortar bastante la visita.
Continuamos por el interior de Huesca hasta Cataluña donde
paramos a comer y a refugiarnos, con ayuda del aire acondicionado del
restaurante, del agobiante calor.
Iríamos Barcelona- Chivitaveccia, cruzaríamos Italia hasta el Adriático y allí cogeríamos otro ferry hasta Croacia. Valorando fechas y disponibilidad tendríamos que quedarnos dos noches en Italia. Aprovechamos esta tesitura para conocer la ciudad eterna, por donde tantas veces hemos pasado, pero nunca visitado a fondo y decidimos alojarnos cerca.
Concertamos varias visitas guiadas para conocer lo mejor de Roma. El Coliseo, la columna de Trajano, la piazza Navona, el Partenón, el Moisés de Miguel Ángel, el Foro Romano, tantas cosas y tanta gente.
El bonito barrio del Trastevere, callejear por sus hermosas
y atestadas calles, descubrir antiguos palacios, ricas trattorias y bohemios
rincones. Lo ideal es dejarse abandonar en su encantador ambiente.
A pesar del calor y del gentío disfrutamos enormemente del
día. Antes de ir al apartamento hicimos una rápida visita el Vaticano, no podríamos
ver los museos, pero no nos queríamos perder por lo menos un vistazo a la
Plaza, ya a esas horas casi vacía.
Al día siguiente no quisimos volver a Roma debido al calor, así que teníamos toda la jornada para turistear camino de Ancona, ya que el ferry no salía hacia Splitz hasta última hora de la tarde.
Nos habíamos alojado en Cerveteri, un bonito y tranquilo pueblo en las afueras de Roma, de allí cruzamos el parque Natural de Bracciano-Martignano, pasamos Vetralla y por la SS2, a la sombra del arbolado llegamos a Virtebo, el centro de la ciudad es medieval y su estado de conservación es de los mejores del mundo, dicen. Sus orígenes se remontan a los etruscosy posteriormente fue amurallada en el año 773, el casco histórico es un entramado de callejuelas y plazas que sin ninguna duda hay disfrutar con un buen paseo.
El Palacio del Papa es así conocido por ser residencia de
campo y refugio de los pontifices durante muchos años. Después de una agitada
historia papal, se convirtió en capital de provincia, a posteriori fue
bombardeada en la II Guerra Mundial y quedo prácticamente destruida. Hoy ha
recuperado su esplendor y es un placer disfrutar de sus callejuelas y sus
plazas.
Desde la Loggia delle Bendizione los pontífices realizaban
sus primeras bendiciones y saludos ya que allí se eligieron a muchos de ellos.
Las preciosas columnas que allí podemos ver son de templos
romanos anteriores confiscadas por la iglesia.
La catedral de San Lorenzo es el segundo edificio más importante de Viterbo y el principal lugar de culto. Aunque su estructura es románica ha sido reconstruido en varias ocasiones, pero aún así conserva todo su atractivo. Entre otras curiosidades que se pueden encontrar allí destacar el busto de Cristina Leticia Bonaparte y la tumba del Papa Juan XXI.
Pero lo mejor de Viterbo es pasear por sus callejuelas
empedradas e ir de plaza en plaza deleitándose contemplando los bellos palacios
que plagan sus calles, las innumerables iglesias y todas las casonas
señoriales.
La plaza de San Pelegrino es un pequeño espacio medieval y pintoresco.
Un lujo pasear temprano por sus calles sin la algarabía de
turistas que suele haber al mediodía. En una pequeña iglesia un feligrés muy
amable nos explicó el "milagro" del Papa que te sigue con los ojos allí
donde te pongas para contemplarlo. Es una técnica pictórica que no todos los
artistas dominan pero que es más común de lo que creemos..
Después de disfrutar de los variados y preciosos palacios que inundan sus calles, abandonamos Viterbo y nos adentramos en plena naturaleza italiana, cruzamos Terni, para ir hasta Spoleto.
El calor ya apretaba cuando desde lejos vimos la imponente Rocca Albornoziana. En lo alto de la colina de Sant´Elia se alza la imponente fortaleza.
Spoleto es una de las ciudades más antiguas de Italia, su historia se remonta a hace más de 2500 años cuando fue fundada por los Hunos. Después fue ciudad romana, lombarda y medieval. Se aprecia por toda la ciudad la fusión del arte barroco, románico y renacentista.
Aparcamos la moto en el centro, justo al lado de los restos del Teatro Romano. Son unos restos del s. I donde tenían cabida más de 2000 espectadores. El Museo Arqueológico se encuentra justo al lado.
Paseamos por el pueblo y fuimos a dar a La Catedral de Santa
Maria Assunta del s. XII es el símbolo de la ciudad y una maravilla arquitectónica.
La fachada románica se alza esplendida al final de la bella plaza.
Es cierto que pasees por donde sea vas a ir a dar a esta bellísima
plaza, y menos mal, porque es un sitio que no te puedes perder.
Numerosas iglesias jalonan nuestro paseo, la iglesia de San
Salvatore, Patrimonio Mundial de la Unesco, la basílica de San Pietro, la de
San Ponciano.
Todas sus callejuelas empedradas y coquetas evocan tiempos medievales. Además,
como son estrechas, da la sombra y es un lujo poder pasear.
Como tampoco te puedes perder, el paseo por lo alto de Sant´Eliza donde
se alza la Rocca. Esta se construyó en el s.XIV por orden del cardenal español
Egidio Albornoz, de ahí su curioso nombre. El castillo de planta rectangular este
defendido por seis imponentes torres. Fue en su día residencia de los papas en
sus numerosos viajes, luego prisión y hoy lugar de celebraciones y eventos.
Las vistas desde el paseo son de 360 grados sobre Spoletto.
En lo alto de la colina abundan las mesas de picnic, sombra y jardines, y ya se sabe, cuándo el hambre aprieta no hay mejor cosa que un buen picoteo, en este comedor tan especial, lo mejor fueron las vistas. Y como no, un poco de cecina de León, sin ninguna duda.
De allí nos metimos dirección a la sierra y después de
rodear un pequeño lago, el de Cingoli, y curvear todo lo que quisimos llegamos
a Ancona.
Aunque habíamos estado varias veces en Ancona y visitado la ciudad en su zona baja, nunca nos habíamos desplazado hasta la zona más alta y disfrutar de la catedral de San Ciriaco.
Su escalinata, los leones y su fachada puntiaguda son el símbolo de la ciudad y se alza orgullosa donde se erguía el templo romano dedicado a Venus, dominando poderosa todo el puerto y el mar.
Nos dirigimos a coger el ferry y después de contemplar en
cubierta la bella puesta de sol, nos fuimos a descansar, la llegada a Split
estaba prevista hacia las siete y media de la mañana y, como ya sabéis los que habéis
cogido ferris, te levantan con bastante antelación.
Bajar del ferry y pasar el control aduanero nos llevó apenas una hora, asique para las ocho y pico estábamos desayunando en los numerosos locales que hay a las afueras del puerto y a las puertas del Palacio de Diocleciano, que no es sino una fortaleza con una ciudad al completo en su interior.
Como era muy pronto estaba casi todo cerrado, asique para
aprovechar el día decidimos dejar la visita turística para la vuelta y
continuar la ruta en dirección a Bosnia. Nos adentramos en este país tan
especial por carreteras que discurrían entre bosques frondosos.
Este país balcánico ha sabido renacer de sus cenizas, las
continuas guerras, la última no muy lejana en el tiempo, dejo ciudades
destruidas y miles de víctimas inocentes. Los recuerdos a este pasado militar están
a cada paso.
Mostar, está considerada la capital de Herzegovina, esta ciudad mantiene la influencia otomana en su arquitectura con numerosas mezquitas de las que sobresalen esbeltos minaretes.
Aparcamos en la puerta de un chiringuito de madera, muy bien decorado, por cierto, nos lo aconsejo un chico que se encontraba en la entrada del parquing público, allí por una módica cantidad nos vigilaban la moto y nos cuidaban chaquetas y resto de ropa que quisiéramos dejar para poder pasear cómodamente por el casco antiguo de Mostar. Eso sí, no teníamos moneda local, nos confiamos pensando que aceptaban euros y en algunos sitios no era así. Resuelto el problema monetario, disfrutamos mucho de esta bonita y curiosa ciudad.
Nos adentramos en la zona peatonal del casco antiguo por
unas calles estrechas de estilo medieval plagadas de gente, tiendas y rincones
con mucho encanto. La calle Onescukova es una de las más bonitas y uno de los
ejes comerciales del casco antiguo.
Rodeada de casas de piedra pintadas en colores pastel es una de las más bonitas, hoy, plagada de turistas solo pudimos fotografiar las pequeñas callejuelas adyacentes.
A lo largo de esta calle nos encontramos en numerosos e insólitos rincones pintada la frase "Don´t Forget" para que no nos olvidemos del trágico desenlace de la guerra de Bosnia.
Paseando llegamos a la mezquita Koski Mehmed Pash, está situada al borde del acantilado del rio Neretva y es una joya de la arquitectura otomana en la Bosnia- Herzegovina.
Construida en 1618 conserva la decoración original en su interior, con una bella alfombra, vidrieras de colores y bellas pinturas.
Pagar tres euros merece la pena por entrar a su interior y subir al alto minarete para disfrutar de las mejores vistas de la parte antigua de la ciudad.
A lo largo del rio hay numerosos puentes, también en sus
pequeños afluentes. El más curioso es el que llaman el Puente Torcido o Kriva
Cruprija, es una versión en pequeño del Stari Most, construido en 1558 se cree
que como prueba para la posterior construcción del Puente Viejo.
Tras una estupenda experiencia en esta icónica ciudad, nos
dirigimos hacia Sarajevo, donde hoy habíamos decidido dormir. Nuestra ruta nos
llevaba por el cañón del rio Neretva, siguiendo la carretera M16.2.
Este rio, dicen, es el más frio del mundo. Nace en
los Alpes Dináricos y desemboca en el Adriático, muy cerca de Dubronick. Tiene
unos 225km de recorrido de los cuales 205 discurren por Bosnia, cruzando el país.
Sus aguas de un bello color esmeralda, nos deja unas capturas muy bellas y nos
permite disfrutar de unos paisajes increíbles.
Dada la belleza de la ruta hay restaurantes, miradores y lugares donde hacer senderismo por todas las esquinas.
Este bello país ha sido un descubrimiento para nosotros, no lo imaginábamos así.
Seguimos hasta el lago Jablanica, cerca de la ciudad con el mismo nombre. Es un gran embalse creado para acumular el agua del rio y satisfacer a las tres presas hidroeléctricas cercanas.
Por la M17 rodeando el lago, dejamos atrás Konjic y de allí nos dirigimos a Sarajevo.
La capital de este país está situada en el fondo de un valle
rodeada de los Alpes Dináricos y en torno al rio Miljacka. Siempre fue un
ejemplo de convivencia de las distintas religiones hasta la guerra de Bosnia.
Entre 1992 y 1995 fue asediada y bombardeada en innumerables ocasiones, todos
esos ataques provocaron más de 12000 muertes, en su mayoría civiles.
La Galería 11/07/95 que pudimos visitar es un espacio con películas,
carteles, imágenes y testimonios sobre la tragedia de Srebrenica y toda la
guerra que sufrieron.
Entramos en la ciudad viendo todavía los agujeros de los
disparos en los enormes edificios de estilo soviético que se levantan a lo
largo de la larga avenida que nos lleva hasta la zona del casco histórico.
Paramos cerca del Ayuntamiento para situarnos y localizar el
alojamiento, en el cual, al final no nos quedamos ya que no cumplía con lo
ofertado. Dimos mil vueltas por un barrio al otro lado del rio que parecía un laberinto de casas
bajas y calles sucias. No nos gustó nada la zona, el alojamiento no
tenía parquing, que en la app si decía tener. Uno a uno nos recorrimos
los hoteles que había en el casco histórico, allí el rooming no funciona y hoy
en día sin conexión te sientes desvalido. Estaban completos en su mayoría, pero
al final dimos con uno que tenía habitación, tampoco tenía parquing pero en la
entrada tenía una pequeña zona cubierta donde nos dejaron colocar la moto y
menos mal porque, aunque hizo estupendo todo el día, por la noche hubo tormenta
y si no Beltxi se nos hubiera mojado. Este fue el único inconveniente que
tuvimos a lo largo de todo el viaje, y con suerte lo resolvimos favorablemente.
Dimos nuestro recorrido turístico por el centro histórico
casi de noche porque, aunque no era tarde, allí anochece mucho antes que en
España.
El Ayuntamiento es un edificio que llama la atención por su
colorido morisco español, los detalles arabescos nos recuerdan diversos
edificios del sur de nuestro país, construido en 1896 fue totalmente destruido
en la guerra y hoy luce elegante y nuevo después de su reconstrucción.
Cerca del Ayuntamiento se entra en el barrio turco de la
ciudad, Bascarsija. La arquitectura otomana con esbeltos minaretes, mercados,
bazares, tiendas repletas de souvenirs, pastelerías con coloridos escaparates y
las llamadas a rezar desde las numerosas mezquitas nos transporta a otros
escenarios.
La Mezquita de Bascarsija en la plaza principal del antiguo centro, muestra orgullosa su bonito pórtico abierto con tres arcos y su minarete de piedra elevándose al cielo. Esta mezquita fue construida originalmente en el siglo XVI con una cúpula de madera, tras sufrir un montón de daños en la guerra se ha reconstruido en piedra.
Muy cerca esta la mezquita de Gazi Husrev-beg, la más monumental de Bosnia.
Esta mezquita fue construida en el s. XVI y destaca por sus múltiples cupulas y su portal decorado con mocárabes.
Aunque no pudimos entrar al interior, creo que era la hora de la oración, merece la pena adentrarte en el patio exterior. Allí puedes ver la fuente de las abluciones con un bello techado de madera y la tumba de Gazi Husrev-Beg.
Seguimos caminando por el casco histórico y pasamos por delante de la Torre del Reloj que marca la hora lunar.
En la peatonal calle Ferhadija se aprecia el cambio de arquitectura de la otomana a la astrohúngara.
En esta calle se encuentran los edificios históricos más
importantes de la ciudad como la Catedral del Corazón de Jesús, la catedral
ortodoxa de la Natividad, la Galería 11/07/95, el Museo de los Crímenes contra
la Humanidad, la Plaza de la liberación y el memorial de la llama eterna en
honor a los caídos en la guerra.
La Catedral del Corazón de Jesús es de estilo neogótico, su
fachada con dos torres de más de 40 m. de estilo románico impresionan nada más
verlas. Es la más grande de todo el país y sede del arzobispado.
La Catedral Ortodoxa de la Natividad se encuentra a pocos metros y es el edificio no musulmán más antiguo de la ciudad. Tiene cinco cupulas y un campanario de 45m.
Justo al lado se encuentra la Galería 11/07/95 de la que ya
hemos hablado.
Cruzamos el Puente Latino donde en 1914 se produjo el
asesinato del Archiduque de Austria Francisco Fernando y su esposa Sofia, hecho
este que desencadeno el comienzo de la I Guerra Mundial. Una placa nos recuerda
este importante hecho histórico.
Tras un bonito paseo por la orilla del rio Miljcka volvemos al barrio turco para tomar algo y cenar rodeados de un magnífico y cosmopolita ambiente. Mucha gente joven, de diferentes culturas, pero todas disfrutando de la multiculturalidad de esta maravillosa ciudad.
No podíamos imaginar cuando entramos en esta castigada
ciudad la agradable tarde-noche de la que disfrutamos en ella.
Por la noche, como ya comenté anteriormente, hubo una buena
tormenta, asiqué a la mañana siguiente, retrasamos un poco la salida debido a
la suave pero constante lluvia, al fin tuvimos que ponernos en marcha con el
traje de lluvia.
Serbia es un país de gente amable que intenta abrirse al
turismo y por tanto hacer sentir a gusto al viajero, a la vez debido a los
diversos conflictos en los que se ha visto inmerso también es muy
defensor de sus tradiciones, esta parte del país, un poco más alejada de todo, nos lo demostraba en sus construcciones, sus granjas y los numerosos
recordatorios a las guerras que han sufrido.
El asfalto en las vías principales es bueno, pero si te desvías
un poco de la red principal, encuentras ripio y baches. En general no nos
podemos quejar, aparte de cruzar el país de camino a nuestro destino solo nos
alejamos un poco de las principales carreteras para visitar un par de
monasterios.
No habíamos comprado tarjeta para el móvil, ni cambiado
dinero porque era un país de paso. Con el frio y la humedad nos apetecía muchísimo
un café caliente, siempre hay alguien que te entiende y te atiende con mucho
gusto. Así que pelados de frio este nos supo a gloria.
Nos adentramos en el Parque Natural Fruska Gora, es un paraje natural con bosques, cascadas y monasterios escondidos entre su frondosa vegetación. Ya el tiempo había cambiado y disfrutamos de una zona maravillosa con un área de lagos, merenderos, rutas para hacer senderismo y los bosques de tilos más grandes de toda Europa.
Dentro del parque natural hay diecisiete monasterios aunque su tamaño nunca es pequeño hasta que no estas casi encima no se ven debido a los altos árboles y las numerosas curvas de la carretera.
Nuestra primera visita fue al monasterio de Jazak. Este
monasterio se construyó en el s. XVIII, bajo las órdenes de la emperatriz de
Austria, por ello, aunque el monasterio es ortodoxo tiene muchos detalles
barrocos.
El iconostasio es de este estilo. Es colorido, con hojas de oro y plata y realmente es precioso.
Tiene una bella entrada y está rodeado de unos bellísimos y floridos jardines.
Esta regentado por monjas, que además son muy amables, pero hoy en día a pesar de las dimensiones del recinto habitan en él apenas una docena de religiosas.
La paz y tranquilidad se sienten en todo el complejo. Y te invitan a descansar un rato y parar un poco el ritmo de este viaje.
A continuación, fuimos hacia el Monasterio Krusedol, uno de
los más importantes de la zona ya que fue la Sede del Patriarca. Se fundo en
1546. Tiene un rico tesoro y las reliquias de numerosas personas influyentes de
la religión y la política otomana.
Es, además, el más llamativo debido a su precioso color rojo.
Su puerta principal parece la entrada a un palacio de cuento de hadas.
En el pórtico y en el interior de la Iglesia hay unos bonitos frescos.
Los cuidados e inmensos jardines por lo que está rodeado no
difieren en nada con el entorno natural en el que está situado.
Nuestra siguiente parada seria en Sremski Karlovci para visitar el monasterio de Velika Remeta. Este, de estilo barroco fue fundado en el s. XII y tiene el campanario más alto de toda la zona, con 38.6 metros.
Circulando por suaves colinas boscosas junto al Danubio, por fin lo cruzamos por un enorme puente
No queríamos retrasarnos mucho más para cruzar pronto la
frontera, lo cual hicimos sin mayor problema y no tardamos mucho en llegar a
nuestro primer destino Timisoara.
Pero eso lo cuento ya en mi siguiente entrada: Rumanía.