viernes, 14 de agosto de 2020

Ruta por la costa de Vizcaya

"Si la vida te pone curvas, baja una marcha y saca rodilla"

Después de seis meses sin montar en moto por diversas razones,íbamos a hacer nuestra primera ruta.

Con el confinamiento y la posterior desescalada hemos estado obligados a no poder salir primero de nuestro municipio y luego de nuestra provincia.
Tendemos siempre a viajar lejos, dejando un poco de lado lo que tenemos más cerca, no porque no sea bonito,sino porque al tenerlo más visto no lo  apreciamos tanto. Ahora nos hemos dado cuenta, una vez más, de la belleza de nuestros parajes más próximos.
No me ha pasado solo a mí, porque las redes sociales están llenas de rutas por la provincia de cada uno, y hay muchas personas que reconocen no haberlas valorado lo suficiente.
Pero como nunca es tarde, hay va una bonita ruta por unos pocos de los muchos bellos parajes vizcaínos.

Quedamos con nuestros compañeros en Loiu para dar una pequeña vuelta mañanera y tomar otra vez contacto con la moto y con la carretera.
Saludito con el codo, que más no se puede uno arrimar y con ganas salimos dirección a Armintza para coger la carretera de la costa.


Antes de llegar a Armintza pasamos por el bonito castillo de Butron, desde hace algún tiempo cerrado y en venta, pero una foto a sus puertas merece una parada.

                                                                                                   (foto cedida por mi amiga Silvia)

El castillo esta construido sobre una antigua casa torre de origen medieval. En el siglo XIX el marques de Cubas lo mando construir al estilo de los castillos bávaros. Nunca fue un castillo practico, se construyo más para deleite visual y al igual que en los castillos franceses se rodeo de un enorme bosque con infinidad de especies autóctonas y foráneas.
Una vez en Armintza ya estamos en la costa y por la BI-3151 iremos ruteando paralelos al mar.



Armintza esta en una pequeña ensenada natural, por ello siempre sirvió de refugio a los barcos y era en si un pueblo pesquero. Ahora es residencial y turístico. Sin tener nada especial engancha por los bellos parajes que le rodean y su buen ambiente en los bares del puerto.
Hace un día soleado y con el mar en calma se aprecia toda su belleza.
Vamos entre el mar y el monte, entre el verde y azul, disfrutando de las preciosas vistas hasta que aparece la fantasmagórica construcción de la central nuclear de Lemoniz. Se construyo y se termino pero nunca funciono. En 1984 tras numerosos problemas  se desmantelo y ahí sigue la mole de cemento abandonado que hoy es.


Un poco más adelante esta Bakio. Es un municipio básicamente dedicado al recreo con su hermosa playa, sus bonitos paseos por los montes cercanos, y ya un poco más al interior dedicado al cultivo de la vid para hacer su afamado txakoli.


Después de cruzar el pueblo cogimos la carretera en dirección a San Juan de Gaztelugatxe.

Los pocos kilómetros  de carretera pegados a la costa, con el viento cálido dándote en la cara y las hermosas vistas de la ermita a lo lejos, no se puede describir, hay que verlo y notarlo.





Al estar despejado el día se veían a la perfección los arcos del puente que une el islote al continente.



                                                                                                       (foto de internet)

 Aunque siempre ha sido visitada por numerosos turistas, ahora es mundialmente conocido por haber sido uno de los escenarios de Juego de Tronos. En lo alto de la isla hay una ermita dedicada a San Juan del siglo X. Hay que subir 241 escalones para llegar a lo alto, y es típico cuando se consigue tocar tres veces la campana para ahuyentar a los malos espíritus.
La carretera hasta Bermeo sigue pegada al mar, divisando la plataforma petrolífera de la Gaviota.


                                                                                                    (foto de internet)

Dejamos a un lado el cabo Matxitxaco con sus dos faros, el antiguo y el nuevo.
Y abstraída con la belleza del paraje, nos plantamos en Bermeo.
Nosotros nos dirigimos directamente al puerto para tomar algo en una de las muchas típicas tabernas de allí y hacer la típica foto con los barcos.



Pero para el que no conozca Bermeo, bien vale una buena parada. Es una villa con una notable tradición marinera por lo que un buen paseo por su casco antiguo, con calles estrechas y numerosas balconadas, te llevan hacia el museo del Pescador, en la torre Ercilla,donde conocerás  la antigua pesca de las ballenas entre otras cosas.
Ya abajo, en el parque, esta el casino con aspecto de Palacio francés.

                                                                                                        (foto de internet)
                                                                                                         

Y en el puerto la Iglesia "juradera" de Santa Eufemia, llamada así porque allí iban los señores de Vizcaya a jurar los fueros.


Todavía mantiene una buena flota pesquera y varias conserveras, por lo que comer un buen pescado, un delicioso bonito o un rico pintxo de antxoas es fácil en cualquiera de sus numerosos locales.
Desde algún mirador cercano podemos además divisar la famosa isla de Izaro, entre Bermeo y Mundaka; que además de ser conocida por salir antiguamente al inicio de las películas en el cine, es la causa de una eterna disputa entre estos dos municipios.




Cuenta la leyenda que Mundaka y Bermeo decidieron disputar la titularidad de la isla con una regata, que bajo el arbitraje de Elantxobe. Ganarían los bermeanos. Desde entonces el 22 de Julio día de Santa Mª Magdalena se celebra una fiesta entre las tres localidades. Se tira una teja en la isla y se coloca allí la bandera de Bermeo para renovar la titularidad. Este es el único día del año que se pisa la isla porque desde hace ya tiempo se prohibió su visita para preservar la vida de las numerosas aves marinas que habitan allí.
Siguiendo la costa pasamos la bonita Mundaka, y adentrándonos hacia el interior cogimos la BI2235 hacia Guenica. Sin entrar en el pueblo nos dirigimos más hacia el interior dirección Morga para hacer una parada en el  restaurante Zakoneta, un refresco mañanero y ahí ya nos despedimos de nuestros compañeros.


Pasamos por los enormes viñedos de txakoli en Larrabetzu y ya en el cruce de Erletxes dirección Bilbao.



Esta es una ruta corta que se puede alargar si se desea enlazando con la que hicimos a la mañana siguiente. Hay que ir retomando el contacto con las dos ruedas poco a poco.


En el cruce de Erletxes, donde lo dejamos ayer, nos dirigimos hacia la BI635 dirección Zugastieta y de ahí por la BI3231 hacia el precioso Mirador de Bizkaia. En las laderas del Monte Oiz esta este precioso mirador que nos permite divisar el paisaje montañoso de la cuenca del Urdaibai.




Hay una bonita imagen de la Virgen de Andra Mari según cuenta la leyenda puesta allí por los lugareños para ahuyentar a las brujas que allí se reunían.


El lugar es muy frecuentado por ciclistas y moteros por lo que hay que extremar las precauciones en las bonitas curvas de subida y de bajada.



Bajamos por la otra cara del monte en dirección Munitibar y tras sobrepasarlo dirigirnos a Ziortza- Bolivar, donde si íbamos a parar.

Justo en la entrada del pueblo vemos un letrero que nos indica por donde se sube a la colegiata de Ziortza y monte arriba llegamos a las puertas del monasterio cisterciense.


En una verde y bella campa, hoy con el sol, todavía más bonita, se encuentra este monumento nacional de Euskadi, donde se construyo allá por el año 960 una iglesia, y  hoy lo componen varios edificios.



Cuenta la leyenda que un águila se llevo un cráneo del cementerio de Santa Lucia y donde lo soltó se construyo la Iglesia de Santa Lucia, primer edificio del conjunto.



Tiene un bello y apacible claustro.


Un bello retablo.


Al conjunto de edificios se accede por dos bonitas puertas.
Entrando por  la principal las cruces nos recuerdan que es camino de Santiago. Y se puede apreciar el águila con el cráneo en un escudo en lo alto.







Y al fondo vemos  el antiguo hospital de peregrinos, hoy hospedería.


Salimos por la otra puerta y no podemos resistir hacer una foto a P´ka con los altísimos cipreses.




Una vez abajo, en el pueblo, dimos una vuelta, porque aunque es un pequeño pueblo tiene muchas y curiosas cosas que ver.


Un antepasado de Simón Bolívar, de hecho se llamaba igual Simón, había emigrado desde este municipio a América en el siglo XVI. Una vez en Venezuela adopto el nombre del pueblo como apellido y paso a escribirlo con v.
El libertador, nació en Caracas en 1783 y fue líder de la independencia de algunos de los países más importantes de Sudamérica. Murió a la edad de 47 años de tuberculosis.
Toda su vida, sus hazañas y la curiosa vida de los bizkainos en la Edad Media se puede ver en el Museo que hay en el pueblo.  Una agradable y simpática guía te lo explica a la entrada.


En la plaza hay un monumento en honor al libertador erigido y levantado por el gobierno de Venezuela en 1927.


En un lateral de la Iglesia de Santo Tomas, del siglo X, llama la atención tanto como su bella entrada una capilla en un lateral en honor a la Virgen Cocorota, patrona de Venezuela.



El calor comenzaba a apretar y tanto paseo con la ropa de moto y la mascarilla se nos estaba haciendo ya pesado, por lo que cogimos dirección Ondarroa por la BI633.


En esta,  cogimos obras y lo que de normal es una bonita carretera, con el calor y los cortes de trafico alternativo, se nos hizo un poco pesada.

Ondarroa es un lugar entre el monte y el mar. Ostenta los tirulos Muy noble y Leal Villa. El puerto siempre ha sido su motor económico, la pesca y las conserveras siguen siendo sus principales recursos.



Cruzamos el río Artibai observando el Puente Viejo, lugar donde se cobraba peaje por cruzarlo tanto a pie con ganado o navegando por el río.


Atravesamos la parte antigua viendo las casas, coloridas, estrechas, apiladas, con la ropa en las ventanas.

Por debajo de la Iglesia de Santa Maria que se alza en lo alto de una roca y desde su fachada los Mamuak(fantasmas) curiosas figuras que vigilan como el río Artibai llega al mar.


Viendo el puente de Itsas Aurre realizado por  Santiago Calatrava, en una combinación curiosa de lo antiguo y lo moderno.

Y aunque en este viaje no pudimos verlo destacar para los que se animen a venir, la Iglesia de la Antigua del siglo XII y dedicada a la patrona de la villa.


Es el ultimo pueblo de la provincia con lo que al llegar aquí había que volver, pero esta vez por la costa.



Una carretera de incontables curvas al borde de los acantilados, entre los eucaliptos y los pinos, agradeciendo el frescor que dan el mar y los bosques.



Por la preciosa BI3438 hasta Lequeitio.



En su día puerto pesquero importante, hoy más dedicado al turismo.

La ria del Lea y al frente la isla de Garraitz, las bonitas playas, todo invita al mar.





Destacar su gran plaza donde se encuentra el Ayuntamiento y la Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora.


Y como no un paseo por su casco histórico probando su rico txakoli acompañado de un buen pintxo.
Después de pasar Lequeitio en el cruce con la BI 3238 continuamos pasando por los bonitos pueblos de Ispaster, Ea,Ibarrangelu y llegamos a  Elantxobe donde decidimos parar a tomar un refrigerio en alguno de los locales del puerto.
El curioso pueblo de Elantxobe tuvo su origen en la expansión del vecino Ibarrangelu, los caseros y pescadores fueron extendiéndose hacia el puerto que estaba abajo y se creo un pueblo con una identidad propia.
Debido a esto es un pueblo en cuesta, las casas construidas unas sobre otras, formando calles estrechas y empinadas.
Hay dos accesos uno hacia la parte alta, donde se halla lo que puede considerarse la plaza, con su afamada plataforma giratoria, los autobuses y camiones de reparto sin ella no podrían dar la vuelta; y el otro acceso que en esta ocasión es el que nosotros cogimos hacia el puerto, la zona de restauración.
Con el buen tiempo que hacia, estaba todo de bote en bote, ni sitio para tomar algo , con la precaución que debemos de tener con las distancias; así que ni nos bajamos de la moto, un vistazo y vuelta cuesta arriba que ya habrá donde parar.
Decidimos acercarnos a Laida, para ver si el Asador Arketa,que nos gusta tanto estaba abierto. Para ello pasamos por Laga que tiene una de las playas más bonitas de Bizkaia, con su fina arena dorada  y abierta al mar.


Y llegamos a Laida, y el merendero estaba abierto y había sitio, pedimos unas cañas y una buena ración de mejillones, que allí sentados con esas vistas nos supieron a gloria.


La playa de Laida es un gran arenal dentro de la reserva de Urdaibai. Y aunque la superficie de la playa varia mucho dependiendo de las mareas, es la playa más grande de la ria de Mundaka, y entre estas dos playas se forma  una ola muy conocida por los surfistas.



Y así disfrutando de las vistas hacia la  reserva de Urdaibai, espacio declarado reserva de la Biofesra por su gran riqueza ecológica.



Y del castillo de Arteaga, torreón neogotico erigido sobre una antigua torre para que Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón, se alojara allí aunque nunca lo hizo, y hoy convertido en hotel.



Volvimos a casa con las retinas llenas de bellos paisajes, bonitos colores y maravillosos lugares, y a la puerta de casa.

Sigo diciendo QUE ME ENCANTA VIAJAR EN MOTO, aunque el viaje sea solo un paseo.






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