“EN SUS TIERRAS ESTAMOS Y LES HACEMOS MUCHO MAL, NOS BEBEMOS SU VINO Y NOS COMEMOS
SU PAN;SI A CERCARNOS VIENEN, CON DERECHO LO HARAN” Cantar de mío Cid.
Rodrigo
Díaz de Vivar, nació en la pequeña localidad burgalesa en Vivar del Cid, en
torno al año 1043 y murió en Valencia en el año 1099. Tras su muerte se forjo
la leyenda, gracias a juglares y poetas, nació, a finales del siglo XII, el que
sería el gran poema épico de la literatura española, El Cantar del Mío Cid.
El poema recoge el destierro
del Cid, desde Burgos por ocho provincias hasta Alicante.
8 provincias. 11 rutas.
2000km de carreteras. 1400
km. De senderos.
8 patrimonios de la
humanidad. 39 conjuntos artísticos.
69 espacios naturales.
260 castillos, atalayas y
amurallamientos.
Un
recorrido, como dice su publicidad, a pie, en bici, en coche, o en moto, que te
acercara a la Edad Media hispánica.
No os
quiero aburrir con la historia de estas tierras en tiempos del Cid pero deciros
que eran puestos muy militarizados dentro de la Marca Media Andalusí,
encargados de la defensa de la frontera así como del aprovisionamiento de las
tropas, y desde allí también lanzaban sus ataques ante las tierras colonizadas
por los cristianos. Después sucumbieron ante la ofensiva leonesa y castellana
pero siguieron siendo territorios poco poblados, vastos terrenos y frecuentados
por ladrones, lo que le hacían tierras muy peligrosas.
Hacia allí
nos dirigíamos para con nuestros amigos de Motodes hacer la 6ª ruta del Camino
del Cid.
Para llegar a Guadalajara lo más rápido posible porque se nos iba a hacer de noche por
el camino, decidimos ir por autovía hasta Logroño y luego cruzar por el puerto
de Piqueras hasta Soria y de allí otra vez autovía.
El viaje lo
hicimos estupendamente hasta las ocho y pico cuando empezó a tronar y
relampaguear, nos echamos a temblar esperando lo que nos iba a caer. Pero hubo
suerte y solo pillamos dos gotitas. Debimos esquivar la tormenta por poco,
porque cuando llegamos nos dijeron que allí había caído la del pulpo un poquito
antes.
La cena era
a las 10.30 con lo que nos dio tiempo a acomodarnos en la habitación y tomar
una caña saludando a los amigos.
En
la cena además de echarnos unas risas, nos explicaron el plan del día siguiente
e hicimos las inscripciones. A los que hacían la ruta del Cid por primera vez y
a los olvidadizos, como yo, nos dieron pasaportes nuevos, para poder cuñar en
los diferentes puntos de sellado.
El pasaporte
o salvoconducto es la credencial donde al viajero le estampan los sellos
acreditativos de cada una de las poblaciones de la ruta por las que pasa.
Emula al
documento que durante la Edad Media se utilizaba para asegurar el paso libre y
seguro de viajeros y mercancías.
En la
portada aparece una corneja, habitual en todos los territorios por donde pasaba
el Cid, y que antes dependiendo de la dirección de su vuelo era tomado como
buen augurio o no.
Al día siguiente a las nueve
camino de nuestro primer cuño en el bonito pueblo de Hita.
Entras al
pueblo por la puerta de Santa María, de arquitectura militar gótica del siglo
XV y llegas a la plaza principal desde donde se ven arriba en un alto las
ruinas del castillo, del cúal no queda casi nada.
Nuestro gozo
en un pozo porque la oficina de turismo donde nos tenían que sellar y acompañar
a una visita guiada estaba cerrada y la persona encargada no daba señales de
vida.
Además de
todo eso fue cuna del Arcipreste de Hita y del primer Marqués de Santillana,
figura de gran importancia en su época.
Nos quedamos
con ganas de ver el Museo del Arcipreste de Hita, pero estaba dentro de la oficina
de Turismo.
De
allí fuimos a Muduex, donde si nos estaban esperando con el cuño y una
consumición con aperitivo.
Por las
carreteras que circulo el Cid, plagadas de castillos, amurallamientos y
atalayas, nos acercamos a Castejón de Henares, donde su alcalde nos esperaba
también con el cuño y unos aperitivos.
En la
inmensa mayoría de los pueblos que pasas te acogen estupendamente, en algunos
les extraña ver tanta moto junta y en alguno nos han pedido permiso para grabar
o fotografiar.
De Castejón
de Henares fuimos hasta Aragosa, donde vimos una bonita cascada en el rio Dulce,
comienza por allí el magnífico Barranco del mismo nombre.
Este pueblo era muy pequeño, se acababa allí la carretera y comenzaba un hermoso paraje natural, por eso todo era como muy artesano y antiguo.
Era un sitio distinto.
Nos hicimos unas fotos y
aprovechamos para refrescarnos un poquito en el rio.
Nos pusieron
el sello en el salvoconducto y de allí a Sigüenza, que íbamos pillados de
tiempo para llegar a la oficina de Turismo antes de las 14h. Que cerraban.
Sigüenza es
uno de los conjuntos histórico-artísticos más bonitos de la ruta del Cid. Fue
fortaleza islámica conquistada por los castellanos en el siglo XII.
Su
castillo vigila desde las alturas el entramado de calles e iglesias románicas.
Donde destaca su magnífica catedral. En esta catedral además de elementos de considerable belleza destaca la escultura gótica del Doncel.
Donde destaca su magnífica catedral. En esta catedral además de elementos de considerable belleza destaca la escultura gótica del Doncel.
Todo en si merece un buen
paseo por sus calles adoquinadas.
Despúes de comer fuimos hasta Matillas, en el precioso patio-jardín del hostal Rijujama, nos ofrecieron un café y unas
ricas pastas de la zona, nos sellaron y nos dieron información de toda la zona.
De allí a
Jadraque, en la plaza del ayuntamiento además de sellar, el alcalde nos contó
muy amablemente toda la historia del castillo del Cid, y como había pasado a
manos del ayuntamiento desde hacía unos años. Está totalmente rehabilitado por
fuera pero por dentro y el acceso todavía les falta.
El castillo
la verdad se alza imponente y majestuoso en lo alto de un cerro para muchos
historiadores como el más perfecto del mundo.
Foto de grupo con el
esplendoroso castillo al fondo.
Para ir a La
Toba nuestro último punto de sellado, nos aconsejaron ir por Medranda dando un
pequeño rodeo pero la carretera más bonita y en mejor estado.
Al salir de
Medranda una foto con una escultura en madera del Cid. Había otras tres
esculturas en madera muy originales.
En La Toba
aparcamos frente a una fuente muy bonita, se llama la Fuente de los Tres Caños
y está construida sobre el manantial en torno al cual nació el pueblo.
Al lado
justo esta la Picota, del siglo XVI, es el icono de la Toba, y en el cartel que
está a su lado define y resume bien lo que significa.
Esta hecha
en piedra caliza, su función era la de aplicación de las sentencias sobre los
reos, cuando no se trataba de la pena de muerte era para exponerlos allí a la
vergüenza, y cuando se les ajusticiaba se les colgaba a ellos o sus cabezas
allí durante dos días. De ahí esas argollas de hierro que tiene.
Las picotas solo se podían
construir cuando la población se convertia en villa.
Y después por sus calles empinadas, ya andando fuimos hasta la casa rural La
mansión a sellar el pasaporte.
Por una ruta muy bonita que nos llevó por Cogolludo, Yunquera de Henares y
varios pueblos más, fuimos hasta el hotel, que teníamos que preparar el disfraz.
Como os
imaginareis ya la salida del ascensor al hall del hotel es de risa, todos
disfrazados, unos muy elegantes y otros pues divertido y para hacer unas risas,
yo este año me disfrace de dama medieval a caballo, llevaba un caballo
hinchable que era la monda, de ridículo y gracioso a la vez.
Lo pasamos
estupendamente, cenamos, premios y reconocimientos y luego fiesta hasta que el
cuerpo aguanto.
Al día
siguiente sin madrugar tanto porque la ruta era más corta y venia la tele a
hacer un reportaje, nuestra primera parada era allí mismo en el torreón de
Alvar Fañez, en el centro de Guadalajara, allí mismo estaba la oficina de
Turismo para sellar, nos abrieron y explicaron el torreón, foto de grupo y
algunos se despidieron.
El torreón
es un punto de vigilancia de la antigua muralla de la ciudad sobre el arrabal
judío y sobre la zona de llegada desde Madrid. Recibe el nombre de Alvar Fañez
porque según la leyenda por allí entro el lugarteniente del Cid a conquistar la
ciudad, aunque la realidad es que la torre se construyó tres siglos después.
La guía nos
contó la historia del escudo de Guadalajara y nos explicó dos versiones la
leyenda y la histórica tienen puntos en común y las dos versiones son bonitas.
El caballero era el alférez de la ciudad, y según la leyenda era Alvarfañez. La antigua muralla acaba reducida a una de sus puertas. Las estrellas,
habituales en los escudos de la zona por su alusión los pueblos carpetanos
acabaron haciendo referencia a la noche que se produjo la entrada a la ciudad.
De allí
ruta hasta Torija a ver su hermoso castillo, este pueblo fue la primera parada
y fonda de Camilo José Cela en su Viaje a la Alcarria, hoy en el interior del
castillo y con una construcción de dudoso gusto han puesto un museo.
Para mi es
más bonito ver el castillo por fuera e imaginarte lo que hay dentro. No romper
la magia que tiene el pueblo y el castillo en sí.
Hay alguna cosilla más entre
ellas un mirador.
De allí a
Tórtola de Henares, donde nos tenían preparado un picoteo,
que resultó ser una comida en toda regla por la cantidad que habían preparado.
El lavadero
de estilo toledano y del siglo XIX. Resulta curioso que cada vez se ven menos y
sin embargo en esta ruta hemos visto tres o cuatro y bien conservados.
Las
tortillas de patata hechas por las vecinas del pueblo, estaban todavía
calentitas y deliciosas, empanada, embutido de todas clases, y un montón de
cosas ricas.
Entrega de
diplomas y para finalizar, el motoclub Zona Roja, organizador del evento, había
traído un cava valenciano, para brindar, y los vecinos unos pastelitos para
acompañar.
Fin de fiesta espectacular.
Y con mucha pena, nos
despedimos hasta el año que viene para la proxima ruta del Cid.
Muchas
gracias a Zona Roja por la organización sin desfallecer de la 6ª ruta del Cid.
Cada año os superáis. Enhorabuena.
Para volver, con Rosa y Miguel Ángel decidimos hacer un poco de ruta por las bonitas y solitarias carreteras de Soria.
Juantxu se vino arriba y cruzamos 5 provincias y tardamos casi 8 horas, en volver a casa, pero hicimos una ruta expectacular.
Juantxu se vino arriba y cruzamos 5 provincias y tardamos casi 8 horas, en volver a casa, pero hicimos una ruta expectacular.
Pasamos por Berlanga de Duero, importante emplazamiento antiguo por estar en la ribera del Duero, separando los reinos moros y cristianos. Destaca su Colegiata de Santa María del Mercado, declarada bien de interés cultural; el castillo del siglo XV, con sus dos cercas una que rodea el castillo y la villa vieja y otra que rodea la villa nueva; y también su Picota o rollo gótico.
De allí por los bonitos pueblos de Viniegra de Arriba, Viniegra de Abajo, Anguiano....hasta salir a Miranda de Ebro y de allí cada uno para su casa, después de un estupendo fin de semana.
Gracias a Motodes y la Fim
por el patrocinio.
Gracias a
todos los compañeros que año tras año ruteamos juntos, gracias a todos los que asisten por primera vez.
Gracias a todos los
deauvilleros porque somos uno solo.
Y gracias a mi motero
favorito que me lleva y me pasea por esos mundos.
SIGO DICIENDO ME ENCANTA
VIAJAR EN MOTO Y SI ES CON TODOS VOSOTROS MUCHO MAS.
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