martes, 3 de marzo de 2020

POR TIERRAS SANABRESAS

La última prueba de la copa de mototurismo de Castilla y León 2019 se iba a celebrar en el Puente de Sanabria, en tierras de Zamoranas.
Como salimos de Bilbao ya de noche no queríamos alargar mucho el viaje pero si hacer por lo menos la mitad del camino, con lo que decidimos parar en Carrión de los Condes a dormir.
Llegamos ya bastante justos para cenar, por lo que dejamos el paseo por el pueblo para después e ir directos al restaurante que nos habían recomendado.
En el Portón cenamos muy bien y el servicio fue muy amable.



Después de la cena salimos a dar un paseo, pero entre que era muy tarde y el frío que hacia, dejamos la visita cultural para otra ocasión. No me dio pena porque Carrión se merece una visita detallada dado su alto número de Iglesias, museos y edificios memorables.
Al día siguiente teníamos que madrugar bastante porque había que estar en El Puente a las 9.30 para las inscripciones.

El frío era horrible había solo 1 grado cuando salimos y la temperatura no subía apenas, ni cuando con un color de cielo maravilloso se hacia de día.



Desde el horizonte el día escupía colores azules, rojos, naranjas... y por detrás una bola perfecta de fuego asomaba.


La predicción era de buen tiempo. Llegamos al Puente congelados, menos mal que nos estaban esperando con la estufa encendida en el Pub Scaparate, con un café bien caliente y la animada charla con los organizadores y algún que otro simpático vecino fuimos entrando en calor.

El Puente de Sanabria es un pueblo importante dentro de la comarca, siempre se dedico al comercio, y sigue siendo el principal centro económico.
El Puente y toda la comarca pertenecen a Zamora pero están fronterizos con Portugal, Galicia y León.
Situado junto al Lago de Sanabria  el turismo es una fuente muy importante de ingresos.
También es muy conocido por la concentración internacional de motos de Lago de Sanabria, que atrae cada vez a  más gente de diferentes países.
Motos Sanabria son los organizadores, hasta ahora, de esta concentración; pero lo que empezó como una reunión de amigos un poco amplia, porque el primer año ya fueron unos 300, se ha convertido este último año en 6000 participantes y como todo lo que mueve dinero, ya comienzan a tener problemas. Les quieren quitar la organización del evento del año que viene.

La prueba de la mañana iba a ser una ruta de 156 km, por tierras zamoranas y portuguesas, con unas localizaciones de 6 fotos y acabando en el Puente otra vez.


A 14 km del Puente esta Rosinos de la Requejada. El casco urbano está a lo largo de la carretera y tiene numerosas muestras de la arquitectura popular, con casas de piedra, madera y losa, por ser estos los materiales que más a mano tenían.


La primera fotografía era una Iglesia, al pasar por el pueblo vimos una torre y nos adentramos en sus callejuelas y fuimos a parar a "la Iglesia de arriba", una bonita iglesia románica del siglo XI, con un bello pórtico, pero que no era nuestro destino.



La ermita del Santo Cristo, a orillas de la carretera, era nuestra foto.



Seguimos ruta acompañados de extensos pinares y robledales inundando de tranquilidad la ruta.
Atravesamos numerosos pueblos de piedra que nos transportaban a épocas anteriores.
Parecía un viaje al pasado.




Cruzamos Villardeciervos que está a los pies de la Sierra de la Culebra, su núcleo urbano fue declarado Bien de Interés Cultural en 1987. Lo más destacable son sus numerosas casonas de dos y tres plantas de piedra roja y mampostería.Y otras muchas casas sencillas de piedra pero todas con el común denominador de utilizar galerías y solanas construidas sobre todo con madera de los muchos robles y castaños que rodean el pueblo.


Al estar situado a pocos metros del Embalse de Valparaíso, han construido una playa artificial que es muy visitada. Tiene embarcadero y se puede practicar la pesca.
Ahora el embalse estaba muy bajo de agua.


Nuestra siguiente parada seria en Figueruela de Arriba, donde además de la foto íbamos a tener el almuerzo. Dimos buena cuenta de las ricas viandas que nos pusieron los amables dueños del local, el restaurante La Robla.



Figueruela de Arriba junto al siguiente pueblo, Villarino de Manzanas, están en un espacio natural protegido, entre la Sierra de la Culebra y el río Manzanas.
El río Aliste baña esta zona, haciendo que se la conozca como "El Jardín de Aliste" con sus muchos alcornoques, castaños, encinas y jaras.


El arroyo Fontano parte a Riomanzanas por la mitad y deja a la vista el bonito puente y el entorno del río.


Aunque antes habíamos tenido niebla, ahora calentaba ya el sol, por lo que daban ganas de tumbarse en las estupendas praderas verdes alrededor del río.
A escasos km estaba la frontera con Portugal.


Los pueblos de Deilao, Guimonde, Baçal y Rabal, eran lugares de paso, incluso teníamos allí una de las localizaciones que debíamos  hacer.


Todos estos pueblos pertenecen al distrito de Bragança, el más despoblado de Portugal.
La falta de buenas comunicaciones, debido a las barreras naturales de la zona ( es una zona de bastantes montañas) han hecho que muchos de sus habitantes hayan emigrado a la costa. Hoy en día la situación de las carreteras ha mejorado pero las poblaciones siguen perdiendo habitantes.


Antes de llegar al Puente, cruzamos la bonita villa de La Puebla de Sanabria.
Al estar cerca de la frontera fue protagonista en lo militar, eclesiástico y político a lo largo de los siglos, y eso le genero un importante patrimonio arquitectónico y cultural.
La villa fue declarada como Bien de Interés Cultural en 1994.
El Castillo arriba del promontorio y presidiendo la villa, es lo más destacable, y su imagen más conocida.
Es del siglo XV, aunque anteriormente ya había allí una fortaleza medieval.


Es de planta cuadrangular rematada en sus ángulos por cubos circulares.


Tiene un puente levadizo y dominando todo, la Torre del Homenaje, conocida popularmente como "el Macho".

Desde la fuente, llamada por los lugareños "el Pilón" en la Plaza del Arrabal, se asciende por la empinada y bonita calle La Rúa hasta la Plaza Mayor.

Allí, en la plaza, está la Iglesia de Santa María del Azogue del siglo XII, románica, pero posteriormente transformada.



Al lado de la Iglesia está la Ermita de San Cayetano, con una fachada ricamente adornada que contrasta con la sobriedad del entorno.
También se encuentra allí el Ayuntamiento con su fachada isabelina.

Pero lo que más llama la atención son sus bonitas calles empedradas con sus casas blasonadas.



Hasta las Posadas y bares se mimetizan con el entorno, haciendo de sus fachadas bonitas postales.



La última foto era en el Puente, delante del famoso cartel de la concentración veraniega, y  con la vieja sanabresa nos la hicimos, antes de ir a comer.



La comida, en el restaurante Los Herreros, con productos de la zona estuvo muy bien.





Después de comer y antes de la prueba de la tarde, alguno aprovecho para echar una pequeña siesta al sol.



La prueba de la tarde era hacer cinco localizaciones en la menor distancia posible. Te marcas tú la ruta para intentar hacer los menos km posibles.




Es una prueba muy divertida, que a nosotros no se nos da nada bien. Empezamos fatal, nos pasamos la primera foto sin verla.
La siguiente estaba en Ribadelago, tristemente conocido porque en 1959 se rompió la presa de Vega de Tera y murieron 144 habitantes de los 549 que allí vivían. El pueblo fue posteriormente casi derruido y se construyo otro llamado Ribadelago Nuevo. Las responsabilidades nunca se depuraron.
El pueblo viejo nunca se abandono del todo pero  el nuevo paso a ser el núcleo principal.
Se erigió un monumento a las victimas que era nuestra localización.




Pasamos por el bello Lago de Sanabria que, aún por la tarde, estaba bastante concurrido.
Es un bello lago de origen glaciar, dentro de esta categoría el más grande de España y uno de los más grandes de Europa.



Continuamos hacia el Molino del Botero, que es una casa rural a las afueras del pueblo de San Justo.
Es un antiguo molino de más de 200 años utilizado para moler el grano de la zona, hoy rehabilitado como casa rural.

Para hacer pocos km nos metimos por algún pueblo casi abandonado y carreteras que no se si merecen ese nombre.




Pero lo divertido de esta prueba esta ahí. En disfrutar de la ruta y buscar nuevas opciones.

Desde allí debíamos ir al Santuario de la Alcubilla. Se encuentra en una explanada entre varios pueblos.
Fue construido en el siglo XVI sobre otra construcción más antigua.




Pero lo que más llama la atención son sus alrededores. La impresionante plantación de castaños que hay a su alrededor.
Y llama la atención por la antigüedad de estos ejemplares, algunos tienen entre 1700 y 1800 años. Se puede observar en sus bellos troncos.

Aunque en la Península hay castaños más antiguos que estos, pero esta plantación tiene su importancia por el número tan elevado que tiene.


La última foto era en la Iglesia de Santa María de Villarino que se hallaba al lado de la carretera.




Al llegar al Puente como íbamos dentro del tiempo previsto pero nos faltaba una foto, decidimos ir a hacerla y conseguir los puntos de las fotos porque en la distancia no íbamos a puntuar.
La foto era en el campo a las afueras del pueblo donde suelen hacer la concentración de verano. Es una bonita moto de metal.

(foto tomada de Internet)

A posteriori cuando todo el mundo acabo la prueba, entrega de trofeos, cena de grupo en otro de los restaurantes del pueblo, y una copita en el pub, para contarnos las peripecias del día.


Teníamos todo el día del domingo para volver, por lo que en el desayuno hablamos con uno de los organizadores y residente en el pueblo sobre algo más que ver de la comarca.
Nos aconsejo ver la Estación del Ferrocarril de Puebla, y el centro del Lobo Ibérico en Robledo.
Y así lo hicimos.
La estación, una de las cinco más bonitas de España, esta construida según los cánones de la arquitectura de la zona: con grandes sillares de  piedra y tejados de pizarra.



Desde allí por una bonita carretera, construida a propósito hasta el centro, llena de matorral, sotobosque y numerosas setas de colores, llegamos al centro del Lobo Ibérico.


Es un espacio para conocer y disfrutar observando a los lobos en semilibertad.
Es un edifico moderno con un museo y un vallado con miradores desde lo cuales se pueden observar con un poco de suerte los lobos.


Nosotros tuvimos bastante suerte y los vimos relativamente cerca, alguno le vimos incluso regurgitando la comida, para que después sus crías la comieran.


En los edificios de este pueblo ya se empezaba a ver mucha más pizarra en las casa en lugar de tanta piedra, es porque aquí comienzan los pueblos negros zamoranos.


De Robledo salimos en dirección Linarejos y aunque íbamos rodeados de bonitos campos de castaños, la carretera empezó a ser un camino lleno de baches, agujeros y un verdadero peligro. Solo había 16km pero una vez recorridos los cuatro primeros aquello era insufrible por lo que nos dimos la vuelta para coger otra mejor opción.




Por las tierras castellano-leonesas cruzamos bonitos pueblos, bonitos rios, hermosos puentes, grandes trigales ...pudiendo disfrutar del poco trafico y el variado paisaje.




Queríamos llegar a Sasamón para hacer una breve visita y así lo hicimos cercanos a la hora de comer.

Olmillos y Sasamón son dos pueblos burgaleses con muchos elementos artísticos e históricos, debido a su larga historia. Hay yacimientos arqueológicos celtíberos que nos remontan sus orígenes  al siglo IV a. C.
Entramos primero en Sasamón pasando por sus bellas y desiertas calles, observando sus antiguas casas solariegas con escudos en sus fachadas.



Llegamos a la plaza Mayor donde hay una bonita fuente del siglo XVIII.




Estamos delante de la bella Colegiata de Santa Maria la Real, es del siglo XII. Presidiendo el Arco de entrada hay una virgen gótica, que da más grandiosidad a todo el conjunto.



Sus portadas son un bello muestrario de ángeles, músicos, y numerosas figuras del Evangelio.



La  visita fue rápida pero yo la pude tachar de mis asuntos pendientes.
Luego fuimos a Olmillos, donde  comimos tras ver los restos de su muralla romana y su precioso arco de entrada.



La comida en viaje no nos gusta pesada, así que pedimos unas cuantas tapas, entre ellas como no la deliciosa morcilla de Burgos.




Y con esto y un bizcocho, como dicen en el cuento... hasta casa más o menos a las 8.

Muchas gracias a la Federación de Castilla y León por hacer estos eventos posibles.
Gracias a los Últimos que hacen mucho más amenos estos fines de semana.
Muchas gracias, como no a Miguel por todo su gran trabajo.
A Jose y Loreto que nos acompañan haga bueno o malo.
Muchas gracias a los organizadores de Motos Sanabria por preparar tan bonitas rutas y tan buenas comidas.




Y como no a mi motero favorito que siempre esta ahí y me acompaña en mis locuras.

Y espero la próxima temporada poder seguir diciendo ME ENCANTA VIAJAR Y SI ES EN MOTO MAS.




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