viernes, 4 de junio de 2021

LUGO . RUTA CASTREXA


"Las riquezas de Lugo son insuperables" Fernando Onega.


Con motivo de la V prueba del campeonato de mototurismo que se iba a celebrar en Lugo, cogimos cinco días para disfrutar durante el viaje de la montaña de León y de Galicia.

Paramos en la ribera del Curueño para esperar allí a nuestros amigos de Vitoria y salir el viernes ya por la mañana temprano.


Aunque era pronto había buena temperatura y se preveía un estupendo día primaveral.

Cruzamos por el puerto de Aralla hacía Luna, la montaña leonesa en primavera esta en todo su esplendor y  nos regala bellos paisajes.


Cruzamos la bella Babia y parte de Laciana, y pasado Villablino cogimos la CL626 que en pocos km, en el puerto de Cerredo, se convierte en la bonita AS15, por el desfiladero que va paralelo al rio Ibias y con numerosos carteles de paso de osos subimos hasta el puerto de Rañadoiro.


Cruzamos el túnel y antes del desvió al precioso puerto del Connio, paramos a almorzar en Venta Nueva.

El puerto del Connio es un espectáculo para los ojos con los elevados cortantes y los inhóspitos paisajes, estamos en la Reserva de Muniellos y aquí, además de otra mucha vegetación, esta uno de los mayores robledales de Europa.





Es un inmenso balcón a la naturaleza en su estado más virgen.



Ya casi abajo atravesamos Cecos y en nada estamos en San Antolín de Ibias, pasamos por delante de su característica iglesia  donde se combina la piedra y la pizarra.



Por la AS10 pasamos por el pueblo de Marentes que actúa como frontera entre Asturias y Galicia. Las bellas casas y las privilegiadas vistas al rio Ibias en su unión con el rio Navia hacen del pueblo un lugar muy turístico y con un encanto especial.






Al llegar a Fonsagrada parada para refrescarnos un poco, que ya estaba haciendo calor y como era pronto para comer, decidimos pasar a ver la Cascada de Vilagocende, que se encuentra a apenas 6km de allí.

Creíamos que había que andar menos pero al llegar vimos un cartel anunciando un paseo de 1200m, la distancia no es excesiva pero con la ropa de la moto daba un poco de pereza.

Aún así y viendo en las fotos del cartel que merecía la pena comenzamos el descenso.

La cascada tiene 50m de altura, el rio Portiliña caía en todo su esplendor, de hecho se disputa el titulo de la más alta de Galicia con la de Ezaro.


La naturaleza verde y fresca, el ruido del agua y el sol entre los arboles, hacen del lugar un entorno maravilloso.


Diversas pasarelas de madera hacen accesible el paso por ambos lados.


La bajada mereció la pena pero la subida nos costo más. El calor apretaba ya fuerte y al llegar a la moto marcaba 30 grados.

Decidimos parar a comer en breve. Y a las afueras de A Fonsagrada encontramos un lugar donde comimos de maravilla. Productos típicos y elaborados con mucho gusto. Pulpo, verduras, quesos y los famosos pimientos de Padrón, ya que estábamos al lado.



Nos dirigimos a Lugo por la LU- 530, pasando por Baleira y Castroverde, carretera motorista por excelencia, según la hoja de ruta de la AML, y con unas bonitas curvas y un buen asfalto llegamos a Lugo.

Acomodados ya en el hotel de Lugo nos vestimos de turistas y salimos a dar una vuelta por el centro histórico. Es una ciudad de origen romano, se fundo sobre un campamento militar en el año 25 a.C. Los romanos edificaron grandes mansiones, rodeadas de murallas.

La muralla abraza el casco antiguo de la ciudad a lo largo de mas de 2km, es única en el mundo por conservar integro su perímetro desde el s. III en el que se construyo.




Se accede a ella a través de diez puertas todavía conservadas.



  Por la  parte alta hay un bonito paseo.


Hay mas vestigios de la época en toda la ciudad como pudimos admirar. Entre ellos los mosaicos que hay debajo de algunas calles.


La catedral de Santa María que es Patrimonio de la Humanidad.

(foto de internet)

Numerosa arquitectura religiosa se observa por todas esquinas.


En la Plaza Mayor se sitúa el Ayuntamiento con una muy bonita fachada barroca. Tiene al lado una torre con reloj añadido posteriormente, que según muchos no pega, pero en las fotos la torre erigiéndose sobre los edificios se ve muy bonita.



Ya era hora de picar algo y nos dirigimos a la Plaza del Campo. Esta debe su nombre a que antiguamente se celebraba allí el mercado, de ahí que este toda porticada para guarecerse de la lluvia y el frio. 

Todas las construcciones de su alrededor son medievales y en algunas se observan columnas romanas en los soportales ya que estuvo allí el antiguo foro romano y se han aprovechado algunas cosas para las edificaciones posteriores.

Su forma triangular con la bonita Fuente de San Vicente en el centro le dan un encanto especial.


Esta fuente es famosa porque una vez al año, el día de Santa Marta, echa vino de sus caños.

Todo en la plaza rezuma armonía. Como también rezuma bullicio, gente, olores... no en vano comienza allí la zona de vinos y tapeo.


Paseo hasta el hotel viendo los bellos edificios alumbrados y a descansar pronto que mañana toca rutaza.

La ruta que La Asociación Motorista Lucense nos había preparado constaba de 450 km a lo largo y ancho de la provincia de Lugo, como bien explicaron en el detallado plan de ruta que nos habían mandado.


Recibe el nombre de Ruta A Castrexa por el pasado celta de la ciudad de Lugo y por los Castros que íbamos a pasar. En el de Viladonga  íbamos a visitar, el asentamiento y el museo.

Además de la ruta la prueba consistía en sellar en un pasaporte los 8 puntos de paso que nos habían indicado. 


Comenzamos la mañana con el photocoll de salida, entrega de dorsales y todas las informaciones que necesitábamos.


La primera parada es en el mismo Lugo en el Museo de Juan Manuel López Mella, "el trueno de Lugo", un afamado piloto lucense que compitió en varios campeonatos consiguiendo ser bicampeón de superbikes y algún otro merecido premio, muy querido en la ciudad murió en accidente de tráfico en Cuenca cuando se dirigía a entrenar a Tarragona.


Al salir de Lugo ya nos invadió la niebla y aunque la ruta la íbamos a hacer por la NVI decidimos coger algún tramo de la autovía ya que no veíamos ni la matricula del delante.

Llegamos a O Cebreiro ya con un bonito día y pudimos visitar este Conjunto Histórico Artístico muy a gusto. Es la entrada a Galicia por el camino Frances a Santiago. Además de la Iglesia de Santa María(s. IX) que custodia un cáliz romano del s.XII, destacan la cuatro pallozas de titularidad publica y rehabilitadas hace unos años y las bonitas casas de piedra.


En la Iglesia esta el cáliz llamado "el Santo Grial de Galicia" al que se le atribuye en el año 1300 el milagro de convertir el vino en sangre y el pan en carne. Cuenta la leyenda que había un párroco que siempre se burlaba de un feligrés que acudía a la eucaristía desde lejos y a pesar de las inclemencias del tiempo. Un día de tormenta al llegar a la misa se mofo de él en público y el Señor obro el milagro para asombro de todos.


Las pallozas son viviendas típicas de los Ancares, se caracterizan por no tener esquinas y apenas vanos en sus gruesos muros, para que no pase el frio. La cubierta es de paja de centeno dispuesta sobre un armazón de madera.




A continuación siguiendo el camino Francés por la LU 633 nos dirigimos a Samos. Llegamos a este pueblo después de pasar por el alto de Poio y volver a sumergirnos en la niebla. 
Nos llama la atención nada más entrar al pueblo las inmensas proporciones del monasterio habitado más antiguo de España.




El Monasterio de San Xulián de Samos fundado en el s. VI tiene una mezcla de estilos debido a los saqueos e incendios que ha sufrido a lo largo de su historia.
Lo que más llama la atención en la fachada es la  portada barroca de su Iglesia , la gran escalera señorial que la precede, la hornacina con San Benito en el centro de la puerta y las cuatro columnas dóricas que rodean la puerta.



Dentro pudimos adquirir el rico chocolate que fabrican los monjes y algún otro recuerdo. La visita tendrá que esperar porque duraba alrededor de 45minutos y hoy no había tiempo.


Continuamos hasta Sarria, villa jacobea por excelencia ya que desde aquí a Santiago hay 111km y es lo necesario para conseguir la Compostelana. 

Nos dirigimos a la casa del Concello situada en la Casa Vaamonde, una señorial casa de finales del s.XIX. En su puerta además del sello nos habían preparado un picoteo con rica empanada gallega y una exquisita tortilla de patata, que nada envidia a la Betanzos, que tantos premios ha recibido.

Una estatua del rey Alfonso IX nos recuerda que otorgo a la villa la carta puebla y con ello el voto en Cortes.


Un bonito libro con ilustraciones de comic que nos regalaron nos regala dos bonitas estampas de Sarria. El Monasterio de A Madalena y el Ponte A Aspera.



Seguimos hacia Portomarín, la antigua villa quedo sumergida bajo las aguas para construir el embalse de Belesar, la nueva villa se edifico en el Monte do Cristo y allí piedra a piedra se trasladaron los monumentos mas importantes.

En las laderas del embalse hay plantadas muchas vides de las cuales se saca el orujo tan famoso de la villa. También del embalse salen las anguilas típicas de la cocina de aquí.

A la entrada nada más pasar el puente vemos la famosa escalinata que suben los peregrinos para alcanzar la plaza de Portomarín.


Cuando el puente medieval quedo sumergido se rescato uno de sus arcos y se coloco aquí, en el alto se erigió una pequeña ermita a la Virgen de las Nieves y en el arco se aprovecho para hacer tan curiosa escalinata.




Y ya en el centro de la plaza, donde también nos sellaban el pasaporte, esta la Iglesia de San Nicolás, una iglesia-fortaleza con torres almenadas construida en el s.XII.


Aquí ya dejamos el camino Frances para ir en busca del camino del Norte. Pasamos por Friol cruzando extensos parajes verdes con mucho ganado pastando y llegados al Ayuntamiento nos habían prepara una degustación de queso de una suavidad y cremosidad exquisita. Es el emblema de la localidad su queso con denominación de origen Arzua-Ulloa.


Nos acercábamos al punto que daba nombre a la ruta el Castro de Viladonga. Este Castro es uno de los mejor conservados de Galicia. Los trabajos arqueológicos allí realizados le atribuyen una ocupación continuada desde el s.II hasta el V d.C..


El castro consta de varios recintos de murallas y fosos y un gran área central donde se encuentran la mayoría de las estructuras excavadas.

La entrada al castro se hace por un corredor monumental, flanqueado por altos parapetos donde existen dos puertas.

Las diversas estancias se ordenan alrededor de un patio central parcialmente empedrado. La vista del castro nos hace ver que aunque hayan pasado muchos siglos nuestras costumbres, construcciones y forma de vida siguen siendo similares.


Del castro nos dirigiremos a Mondoñedo, en 1156 se le otorga el titulo de ciudad, y fue capital de la provincia hasta 1833, de ahí la importancia de tan bello lugar.

La catedral en honor a la Virgen de la Asunción del s.XIII es el símbolo de la ciudad. Es de origen románico pero en 1425 quedo casi destruida por un incendio. Se reedifico y por ello cuenta con partes góticas y barrocas. Su color anaranjado llama la atención.


Se la llama la catedral arrodillada por su escasa altura y sus bellas proporciones.


A su lado el Palacio Episcopal del s. XVIII. Por detrás el Seminario, el edificio mas grande de la ciudad, construido por el obispo Losada y Quiroga en el s.XVIII.


Destacar la fuente Vieja, construida en el s.XVI. Y coronándola el escudo de Carlos I.


Pero si por algo es famoso Mondoñedo es por tener al rey de las tartas, y como no ¡ había que probarla!. Con la bella imagen de la catedral enfrente y los moteros llegando al punto de control, degustamos esta tarta mindoniense hecha de frutas, cabello de ángel y almendras.





Desde allí por carreteras cada vez más estrechas pero con unos paisajes increíbles nos dirigimos a Vaos.





En la misma carretera dejamos las motos al lado de donde protección civil nos ponía el sello, y subimos una pequeña cuesta para llegar a la Iglesia de Vaos. Esta iglesia aislada en un pequeño promontorio y rodeada de cuatro casas, esta rodeada de multitud de leyendas.
Esto se debe a las cinco calaveras que hay en la pared posterior del atrio.



Unas leyendas cuentan que son monjes que habitaban el monasterio que allí existió, otras que eran de los ajusticiados que tiraban por el barranco y cuando solo quedaban los huesos las recogían.
Sea lo que sea cierto, da un poco de yuyu verlas, el cementerio que rodea la iglesia y la soledad del sitio tampoco ayudan.


Es destacable también un curioso reloj de sol del año 1742 manufactura de Lombardero según indica en su inscripción. Esta era una familia destacada de herreros y relojeros de la época.




Si al llegar a Vaos la carretera era estrecha, al salir era estrecha y empinada. Ibamos con la atención puesta en ella, cuando al lado de las colmenas nos abordo un oso. Si, jaja! un oso un poco delgadurrio, pero un oso, regalando gorras de Ribeira de Piquín que es el Ayuntamiento. Graciosa sorpresa.



El ultimo sello era en Fonsagrada y de allí a Lugo que no nos sobraba mucho tiempo.

La llegada a la Plaza de Aguas Férreas donde la organización tenia todo preparado, estaba muy animada.



Tras las verificaciones, entrega de medallas y todos los tramites, nos tomamos un descanso para compartir con el resto de compañeros los devenires de la ruta.
Quedaba la entrega de premios y el sorteo. Tras su celebración nos dirigimos a cenar con un nutrido grupo de participantes.
La cena en un local próximo fue a base de productos típicos: pulpo a la brasa, pulpo a feira, calamares y un buen surtido de carnes.



Y aquí acaba la prueba, pero a nosotros nos quedaba la vuelta. Habíamos preparado una bonita ruta para llegar a hacer noche en León.




Queríamos visitar As Ermidas en Ourense y para ello iniciamos el camino hacia el rio Bibei para seguir al lado de su curso hasta el Monasterio.

La primera parte del camino fue para acercarnos al punto donde comenzaríamos la ruta como tal, llegados al pueblo de Ribas de Sil seguimos el cartel hacia la ruta de los xeomiradores y  por la  
LU-P-5301, una carretera en constante ascenso  pasamos el limite entre Lugo y Ourense. En el mirador de A Moa a 1123m de altitud paramos a contemplar las magnificas vistas del Valle de Quiroga y del Sil.
Desde allí se divisa el sinclinal del rio Sil proceso que se remonta a mas de 300 millones de años. El territorio de las Montañas do Courel es una zona muy extensa donde se puede contemplar la historia geológica de la tierra. Se aprecian estupendamente los plegamientos de la corteza terrestre a lo largo de muchos años.


Dejamos la OU-0705 para seguir camino por la OU636 hacia Pobra de Trives, viendo los bellos bancales del Bibei. Este rio tiene un gran desnivel en sus laderas, en algunos puntos hasta 500m formando por tanto un bello cañón de 40km de largo. En las terrazas de éste  y debido al clima suave se cultiva la vid desde tiempos de los romanos.





Es un espectáculo para la vista y una verdadera obra de ingeniería.
Toda la ruta esta marcada con carteles de vestigios romanos. El más importante esta en la misma carretera, de hecho pasa por encima y es el gran puente romano de la época de Trajano, es el mejor conservado de Galicia con 75m de largo y 20m de alto.

(foto de internet)


Ya no nos falta nada para As Ermidas. Oculto entre los cañones del Bibei, en una escarpada ladera, este pueblo conserva toda su arquitectura tradicional con casas de grandes bloques de granito y grandes balconadas.



Dejamos las motos en el parquing que hay al lado del rio y en apenas 20m estamos en la puerta del monasterio.



El Monasterio casi empotrado en la roca es impresionante, las numerosas leyendas y la historia lo envuelven.



Su fachada barroca es una de las mejores obras del barroco gallego. Fue mandado construir por el obispo de Astorga en el año 1624, cerca de la cueva donde unos pastores encontraron una talla de la Virgen del s.VII  y a la que el obispo atribuía su sanación de una terrible enfermedad que tuvo.



A parte del Monasterio hay aquí un singular Vía Crucis que termina en el santuario y comienza en el cruce del pueblo y que consta de catorce capillas y 62 figuras policromadas.




Abajo en el rio hay tres molinos restaurados, uno de ellos el farinero data del s. XVII. Alrededor hay una buena zona de baño en un rincón lleno de paz y envuelto en bella naturaleza.


Por una carretera con un asfalto muy bueno y sin trafico, en plena montaña oscense, llegamos a A Veiga, en el embalse de Prada que allí se encuentra han hecho playas fluviales, merenderos y rutas en catamarán, así que el pueblo estaba muy animado y con el calor que hacia había gente incluso bañándose.



Nos dirigimos a O Barco de Valdeorras y nos lleva por la OU-121, preciosa carretera que discurre por el alto da Portela. Es una carretera en buenas condiciones, sin arcén, pero sin trafico.
La mayor parte del recorrido discurre a una altitud de mas de 1000m excepto en el tramo final cuando ya te acercas a O Barco, por lo que las vistas son impresionantes. Carretera muy recomendable de conocer.




En Viloria, a la entrada de O Barco, parada a refrigerarnos y ya nos dio pereza ponernos todo otra vez debido al calor, y nos quedamos allí a comer.

Entramos en la provincia de León por la N VI que seguimos un buen rato hasta que nos desviamos hacia la comarca de Omaña y Luna.

Llegamos a media tarde a la ribera del Curueño, cansados, acalorados pero con las retinas de nuestros ojos llenas de bellos paisajes y bonitas vivencias.

Todavía nos quedaba al día siguiente volver a casa, a Bilbao y Vitoria respectivamente. Hacia ya calor desde la mañana y decidimos que nada mejor que ir de charco en charco.

Subimos al pantano de Riaño atravesando la montaña leonesa, la explosión de colores, entre verdes, amarillos, grises de las rocas, y ya en el pantano todos los azules que te puedas imaginar, no se pueden describir ni apreciar en las fotos, así que tenéis que ir a León a verlo.





Pasamos también por el embalse del Ebro aprovechando para comer disfrutando de sus vistas.





Y hasta aquí llego nuestro viaje. Cinco días que han dado mucho de si.

Agradecer a la RFME su trabajo para que sea posible este Campeonato que nos permite viajar y conocer España.

Agradecer a la Asociación Motorista Lucense toda la estupenda organización del evento. Tuvimos la suerte de conocer y charlar con alguno de ellos pero no voy a nombrar a nadie porque se que detrás de un gran trabajo hay mucha más gente y no quiero dejarme a nadie.

Agradecer a mis compañeros de ruta, deauvilleros y otros, los buenos momentos pasados.

Y como siempre agradecer a mi motero favorito todo, pues me pasea, me prepara rutas espectaculares y me aguanta. GRACIAS.

ME ENCANTA VIAJAR EN MOTO.... Y CADA DIA MAS.




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